29 de agosto, día del abogado. ¿Extraña ironía del destino? No, no lo creo. Más bien, siento que Dios dispuso que fuera ese el día para la partida de este mundo de Cristina Yolanda Valdez, y que de ahora en adelante se le rinda homenaje a esa mujer maravillosa, quien, con vocación plena, intentaba, en todo momento, ejercer justicia. En la actualidad se desempeñaba como Presidenta de la Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo departamental, con asiento en San Nicolás de los Arroyos y de competencia en el Departamento Judicial de San Nicolás, Zárate, Campana, Pergamino y Junín. Entre todos los que despedimos físicamente a mi hermana sólo había miradas de perplejidad, asombro e incredulidad ante lo que estaba ocurriendo. Pues le decíamos un “hasta pronto” o “descansa en paz” a una joven madraza de 56 años, bondadosa, afectuosa, entrañable, recta, íntegra, leal, respetuosa e imponente, dejando un vacío inconmensurable. Todo aquel que se refiere a Cristina Valdez, no lo hace, sino con palabras de cariño y elogios hacia ella. Es que San Nicolás ha perdido una de las mujeres más valiosas que haya existido por estos lares. Así lo expresa todo aquel que la ha conocido o que ha sabido vincularse con ella. Baste con sondear un poquito nomás, entre los habitantes, ya que de inmediato se podrá oir de alguien que dé fe que haya sido asistido, ayudado, instruido o aconsejado para resolver un problema de mayor o menor seriedad y de diversa índole. No podía ser de otro modo, pues Cristina funcionaba fiel a su estilo sensible, empático, complaciente y amoroso para con el prójimo. Transito estos días con inmenso dolor. Empero, en contraste, tengo un gran consuelo y siento gran orgullo al observar los frutos de su cosecha continua, de todas las acciones de bien con las cuales ha regado su alrededor. Descansa en paz, querida hermana. Muchas gracias por tu legado y por tu confianza. Podés irte tranquila y en paz; te prometo que seguiremos tus consejos. Que Dios te tenga en la gloria.
Oscar Esteban Valdez