Continúan creciendo los delitos a través de engaños. La sofisticada maquinaria de las estafas no descansa buscando nuevas víctimas. Secuestros virtuales, falsos corralitos y fraudes en ventas a través de redes sociales son solo algunas de las modalidades utilizadas. Desde la Secretaría de Ciberdelitos explican por qué a pesar de las advertencias los ciudadanos siguen cayendo en la trampa.
De la redacción de EL NORTE
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Los nicoleños, en consonancia con el resto del país, siguen padeciendo un bombardeo constante de intentos de estafas. Secuestros virtuales, falsos corralitos y los fraudes en ventas a través de redes sociales son solo algunas de las variantes en auge. Las modalidades más frecuentes de ataques se propagan a través de WhatsApp, correo electrónico o plataformas digitales. Las personas mayores de 60 años son las más proclives a caer en estos engaños.
A pesar de la difusión masiva que tiene este tipo de hechos y de las constantes advertencias realizadas por distintos organismos para prevenir a la población, los ciudadanos, aunque informados, continúan siendo víctimas de estos engaños que no distinguen nivel cultural, todos son proclives a caer en la trampa. Nuestra ciudad no es la excepción, los casos se multiplican y sus modalidades son diversas. El viernes un hombre de 35 años denunció que había sido estafado con un comprobante de pago electrónico falso al realizar una venta. La víctima ofrecía un generador electrógeno marca Gamma a cambio de la suma de un millón de pesos. Concretó la transacción con una persona desconocida y acordó la entrega de la mercadería en calle Otero al 1100. El dinero del pago nunca impactó en su cuenta porque el comprobante de transferencia que le mostraron era falso. El día anterior una mujer de 37 años fue engañada de manera similar cuando ofreció a través de Facebook dos electrodomésticos para la venta. Se trataba de un freezer y de una heladera exhibidora cuyo precio estipuló en un millón doscientos mil pesos. Un hombre se mostró interesado y concretaron la operación. La víctima entregó los artefactos en un domicilio de calle Paraná al 700 a un sujeto, que dijo ser el primo del comprador, quien realizó una transferencia a modo de pago. Momentos después la mujer comprobó que la transferencia no había sido efectivizada y que la habían bloqueado.
Aunque la Justicia actúa, continúa el incremento de casos quizá motivado porque el castigo por este tipo de delitos es muy leve, el beneficio económico es importante y tiene bajo riesgo para el delincuente. El pasado jueves la DDI San Nicolás detuvo en Rosario al integrante de una banda de esa ciudad que había estafado con el cuento del falso corralito a dos nicoleños, a uno de ellos lo desapoderó de 50.000 dólares. El engaño era repetido, una voz femenina a través del teléfono fingió ser familiar directo de la víctima y le pidió que le entregara lo que tenía a un falso contador bancario. En ambos casos los vecinos accedieron sin sospechar del fraude.
Engaños repetidos
Muchas veces el ciudadano no denuncia por la vergüenza de haber caído en el embuste o por temor a represalias. Lo cierto es que a pesar de estar informado de las nuevas maniobras engañosas y de que haya cuentos viejos que se repiten, nadie está exento de ser víctima de los embaucadores. Consultado por EL NORTE acerca de las posibles causas del incremento del delito de estafa a pesar de las advertencias y de la constante suma de información, el secretario de la Oficina de Cibercrimen y Evidencia Digital, Dr. Julio Pérez Carreto, explicaba lo siguiente: “El tema del cuento del tío, por ejemplo, es un fenómeno muy complejo, es difícil de entender que las personas sigan cayendo. Aún nos llegan causas de vecinos que todavía siguen siendo engañados con el cuento de los falsos turnos para vacunarse contra el covid. Los estafadores son oportunistas que aprovechan generalmente los momentos en que la gente está descansando y con las ‘defensas bajas’. Intentamos explicar esa vulnerabilidad a través de la analogía del escenario presencial y el escenario virtual. Si una persona está físicamente en un barrio complejo en un horario complicado, siente miedo y sus sentidos se agudizan, es una condición biológica. En cambio, en el escenario virtual esto no ocurre, las personas están generalmente en la seguridad de su casa descansando o mirando televisión con las puertas cerradas, con rejas, quizá con alarma y esto hace que biológicamente no esté en estado de alerta y sea más vulnerable. El delincuente puede ingresar de manera no presencial, no nos va a golpear pero sí puede cometer delitos vinculados al patrimonio como una estafa, al patrimonio y a la libertad como una extorsión o a la integridad sexual como puede ser el grooming o la pornografía infantil. Nuestro cerebro no está preparado para este escenario virtual, por eso de alguna manera lo tenemos que reentrenar. Estamos en una coyuntura donde hemos quedado entre el mundo analógico y el mundo virtual, esto será superado por las nuevas generaciones”. Por último, el secretario de la Oficina de Cibercrimen y Evidencia Digital informó que para consultas, asesoramiento o denuncias se pueden dirigir a Colón 86 o vía correo electrónico a [email protected]