La nueva terapia podría reemplazar en algunos casos a la ya utilizada para el déficit de la hormona somatropina. La jefa de Endocrinología del Hospital de Niños “Sor María Ludovica” de La Plata, Analía Morín (MP 110.414), quien también se desempeña en nuestra ciudad, remarcó que “al ser una hormona de larga acción, el nuevo tratamiento permite una sola aplicación semanal” en vez de diaria, lo cual podría “mejorar el cumplimiento y maximizar los resultados clínicos”.
De la Redacción de EL NORTE
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A nivel global, cerca de uno de cada cuatro mil niños tiene talla baja como consecuencia de una deficiencia en la hormona de crecimiento. Se trata de la hormona somatropina, que se produce en la glándula hipófisis -o pituitaria, ubicada en la base del cráneo-, y que en algunos casos, es secretada de manera insuficiente.
Las causas pueden ser idiopáticas (sin causa) o deberse a alteraciones genéticas, tumores, infecciones o traumatismos, que generan lesiones en el sistema nervioso central.
Los niños con deficiencia de hormona de crecimiento crecen menos o lo hacen a menor velocidad que sus pares, pero las consecuencias del déficit de somatropina van mucho más allá de una baja talla, de allí la importancia de diagnosticar a tiempo esta condición para que el o la menor pueda acceder cuanto antes al tratamiento.
Hasta el momento, el tratamiento para esta deficiencia, disponible hace casi 40 años, es la aplicación diaria de una hormona de crecimiento recombinante, por vía inyectable. Fue el que usó el capitán de la selección argentina, Lionel Messi, diagnosticado con esta enfermedad a los diez años.
Según la edad en que se diagnostica, el tratamiento puede durar hasta diez años, de ahí la frecuente baja adherencia y el impacto emocional que este abordaje genera, lo que llevó a la ciencia a buscar alternativas superadoras.
Luego de su aprobación en países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón, así como también en los Estados miembros de la Unión Europea, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) dio el visto bueno para el uso en Argentina de somatrogon, una nueva opción terapéutica para niños y adolescentes a partir de los tres años, de aplicación semanal.
Aplicación semanal
En la reciente presentación del laboratorio Pfizer, especialistas destacaron que “la seguridad y eficacia de somatrogon en el tratamiento de niños y adolescentes con deficiencia de la hormona de crecimiento fueron evaluadas en dos estudios clínicos aleatorizados y multicéntricos”.
Entre otros, estuvo presente allí la médica endocrinóloga infantil y jefa de Endocrinología del Hospital de Niños “Sor María Ludovica” de La Plata, Analía Morín (MP 110.414) –que también se desempeña en San Nicolás–, quien en diálogo con EL NORTE señaló que “al ser una hormona de larga acción, el nuevo tratamiento permite una sola aplicación semanal, pasando aproximadamente de unas 365 a 52 aplicaciones por año”.
“La buena adherencia es uno de los pilares para lograr los mejores resultados. Entendemos por adherencia terapéutica el grado en que el cumplimiento del paciente con respecto al uso de una medicación coincide con las recomendaciones acordadas por el médico”, remarcó la especialista.
En ese sentido, más allá de las especificaciones técnicas, consideró que “la novedad de este nuevo tratamiento radica en el menor número de aplicaciones, con una eficacia similar en cuanto a la mejoría de la velocidad de crecimiento y la talla”. “Se espera que la disminución de la carga del tratamiento que implican las aplicaciones diarias de hormona de crecimiento pueda mejorar el cumplimiento, es decir, la adherencia al tratamiento, y por lo tanto maximizar los resultados clínicos”.
Diagnóstico temprano
El crecimiento normal es el mejor indicador de buena salud de un niño sano. Así, algunas primeras señales que podrían observar los padres es que su hijo no cambia de talle de ropa o calzado, o es más bajo que sus hermanos menores. Sin embargo, más allá de lo atentos que siempre estén los responsables del niño en casa, “es importante que en la consulta pediátrica se analicen las curvas de crecimiento”, destacó Morín.
Según explicó, “el crecimiento normal es el que transcurre paralelo a las curvas normales de crecimiento; si el niño se desvía de este crecimiento, debe ser estudiado para descartar patologías que afectan el desarrollo”.
Los especialistas sostienen que es importante que los pediatras sean proactivos en medir regularmente a los niños y generar los datos en las curvas de crecimiento, ya que son una herramienta muy útil para evaluar si un niño está creciendo adecuadamente, más allá de su estatura en un momento dado.
Si bien el signo más evidente de deficiencia de hormona de crecimiento es la baja talla, Morín subrayó que la hormona somatropina “ejerce efectos no solo sobre el crecimiento, sino que influye en el metabolismo en general y en la regulación de la glucosa, los huesos y el tejido óseo en particular”. Por lo cual, “la deficiencia de hormona de crecimiento ocasiona alteraciones metabólicas como aumento de la grasa troncular y menor fuerza muscular”.
El diagnóstico de la deficiencia de hormona de crecimiento es complejo y debe ser realizado por un endocrinólogo infantil, quien deberá observar el desarrollo del menor por al menos seis meses para constatar que se desvía del crecimiento normal, guiado por las curvas de crecimiento.