El fenómeno afecta a un total de 1.024 ciudades.
Al menos el 20 por ciento del territorio brasileño sufre actualmente una sequía severa o extrema, según divulgó hoy el Centro Nacional de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales (Cemaden).
Los datos del monitoreo del territorio brasileño muestran que, en junio, el fenómeno afectó a 1.024 ciudades, 106 de las cuales fueron clasificadas en sequía extrema y 918 en sequía severa. La situación está empeorando en comparación con mayo.
Marcelo Zeri, investigador del centro, vinculado al Ministerio de Ciencia y Tecnología, afirmó que el índice integrado de sequía tiene en cuenta la precipitación acumulada en comparación con la media, la humedad del suelo y la salud de la vegetación.
Zeri señaló que Brasil enfrenta sequías desde el año pasado, cuando el país experimentó El Niño, que afectó principalmente las regiones Norte y Centro-Oeste – el fenómeno no suele tener impacto en el Sudeste, pero causa un bloqueo atmosférico que impide que la lluvia llegue a esta región.
Según el especialista, mientras el sur del país se enfrentó a fuertes lluvias, el sureste tuvo buen tiempo con precipitaciones por debajo de la media. Desde enero, dice el investigador, el país se enfrenta a un bajo volumen de lluvias.
“Después de El Niño, se espera una sequía. Pero a principios de este año, la temporada de lluvias fue corta. No hubo tiempo para recuperarse de la sequía del año pasado”, explicó Zeri.
Este año, los lugares que más se han visto afectados por la sequía son el norte de Sao Paulo y la región del Pantanal. “Sólo el nordeste y el sur de Brasil se han salvado, pero todo el sudeste, el centro-oeste y el norte están sufriendo la sequía”, afirmó Zeri.
El Servicio Geológico de Brasil (SGB) observa la sequía a través del nivel de las cuencas fluviales. Marcus Suassuna, ingeniero hidrológico del SGB, afirmó que las cuencas de los ríos Paraguay y Amazonas siguen sufriendo las consecuencias de la sequía del año pasado.
En 2023, la cuenca del río Amazonas registró la peor sequía de su historia. La cuenca del río Paraguay, por otro lado, no experimentó una sequía tan severa, pero sufrió por el retraso en la temporada de lluvias.
El Cemaden también prevé que los datos de julio muestren un empeoramiento de la sequía, el escenario sólo se analizará una vez finalizado el mes.
La agencia advierte que la situación exige atención y medidas preventivas para mitigar los impactos socioeconómicos y ambientales.