Durante su visita, presentó nuevas medidas financieras para apoyar a los trabajadores afectados.
El presidente de Brasil, Lula da Silva, visitó este jueves algunas de las áreas devastadas por las inundaciones en el estado de Río Grande do Sul, donde se registraron 172 muertos.
Lula anunció que el Gobierno asumirá el pago de un salario mínimo de 1.412 reales (271 dólares o 247 euros) durante dos meses para 434.000 empleados de empresas que aún no han podido reanudar sus operaciones, siempre que se mantengan los empleos. Esta medida se suma a un paquete de ayudas que supera los 70.000 millones de reales (13.500 millones de dólares o 12.280 millones de euros), incluyendo subsidios directos, créditos facilitados y otras formas de asistencia financiera.
Según los últimos datos oficiales, las inundaciones han dejado al menos 172 muertos, 41 desaparecidos y han afectado al 80% de los municipios del estado. Hasta el jueves, había 572.780 desalojados, de los cuales 30.442 permanecen en refugios habilitados por las autoridades.
En su cuarta visita a Río Grande do Sul desde el inicio de los temporales a principios de mayo, Lula se reunió con alcaldes y criticó la burocracia que retrasa la asistencia frente a “la violencia del cambio climático”. El mandatario estuvo en la ciudad de Cruzeiro do Sul, una de las más afectadas, donde la mitad de sus 13.000 habitantes aún no ha podido regresar a sus hogares. En el barrio Passo de Estrela, 600 de las 850 viviendas quedaron totalmente destruidas por las aguas.
Lula conversó con los afectados e intentó transmitir esperanza y les aseguró que “no están solos” y que el Gobierno trabaja “arduamente” en un plan de reconstrucción de viviendas e infraestructuras. Explicó que la reconstrucción se realizará de manera responsable y que las nuevas residencias se construirán en zonas alejadas de los ríos que se desbordaron para evitar futuros desastres.
“La naturaleza ha dado un aviso y tenemos que reconstruir, pero en zonas más seguras, para que este evento no se repita”, afirmó Lula.