En 2010 escuchó los proyectos de Fulvio Monti y se sumó al grupo que cinco años después tomaría las riendas del Sindicato de Empleados de Comercio.
Flavio Segundo (55), es el entrevistado de esta edición en Diario La Ciudad. Con un pasado que lo ubica principalmente en barrio Malugani (lugar en el que vive hasta hoy) y con un presente que lo tiene como protagonista en la escena gremial siendo Secretario Adjunto del SEC, y formando parte de grandes logros que se han conseguido para sus afiliados a lo largo de los últimos años.
Segundo se encuentra transitando el tercer mandato acompañando a Fulvio Monti en la conducción del Sindicato de Empleados de Comercio, recuerda que su primer contacto fue en el 2010, cuando Monti lo llamó y le contó su idea, sus propuestas y sus proyectos para estar al frente del gremio. A fines de 2015 se realizaron las elecciones y desde ese momento transitan este camino. “Seguimos trabajando mucho cada día, siempre con la intención que las cosas sigan fluyendo y saliendo de la mejor manera”, resaltó.
¿Dónde naciste?
Nací el 13 de noviembre de 1968 en la ciudad de Rosario. Pero residí, y vivo hasta el día de hoy en el mismo lugar aquí en Villa Constitución.
¿Cuál fue el barrio de tu infancia?
Malugani, estuve ahí hasta que me casé en el ’93 y viví 14 años en barrio Parque Sur. Ahora volví a Malugani donde residí siempre y ahí sigo.
¿Dónde estudiaste?
El jardín lo hice en el barrio, se llamaba Caperucita Roja con la maestra Silvia. Toda mi primaria en León Gauna y arranqué el secundario en San Pablo hasta el 6º año, que me tocó el servicio militar. Lo hice casi 8 meses y ya después estudiaba y trabajaba; así que la secundaria la terminé en el nocturno en el Comercial.
¿Cuáles son los recuerdos que te quedaron más marcados?
De todo un poco, pero más que nada las épocas con los chicos del barrio. Muchos amigos y muchas anécdotas muy lindas.
¿Cómo está compuesta la familia?
Mi papá que no se lo digo mucho pero él sabe que todo lo que uno es, es producto a todo lo que nos ha inculcado; tanto él como mi mamá. Tengo un hermano menor Javier. También tengo dos hijos, Ezequiel y Antonella. Y Bianca, mi hija del corazón. Y mi compañera Belén con quien estoy hace 15 años.
¿Cuál fue tu primer trabajo?
Con 15 años, arranqué en un reparto de golosinas. De ahí pasé a un reparto de lácteos, estuve unos cuantos años ahí. Ya en el ’86 ingresé a trabajar en el rubro en el cual estuve hasta los últimos tiempos en Villahogar, una casa de artículos grandes que en ese momento había dos. Estuve 18 años más o menos, hasta que por cosas que pasaron se terminó cerrando el lugar. Terminé con un amigo de la vida Oscar Giambroni con el que abrimos una casita de electrodomésticos en calle Dorrego. La piloteamos como se pudo, pero era una época dura. Empujamos juntos todo lo que se pudo hasta que por el año 2007, otro compañero (Cachi Rossini) me propone ir a Pardo. Estuve ahí hasta 2015 que empezamos la conducción del gremio.
¿Qué te motivó a dar ese paso?
En ese momento la motivación fue Fulvio (Monti), que lo conocía solamente porque hacía lo mismo que yo. Éramos dos vendedores en dos casas grandes de electrodomésticos de Villa. Por el año 2010 recibí un llamado, se presentó y me contó su idea, sus propuestas y lo que quería. Él veía que el gremio estaba para mucho más. Me interesó y le dije que contara conmigo porque lo quería acompañar. Así empezó toda la odisea hasta llegar a poder tener elecciones el 2 de noviembre de 2015, que fue cuando ganamos y nos hicimos cargo de la conducción.
¿Tenés sueños u objetivos pendientes?
Tratar de vivir lo que me queda de la mejor forma, lo más correcto posible. Ese es mi sueño, vivir lo mejor que se pueda, tener a mi familia unida y completa. El anhelo más grande es ver triunfar a mis hijos, que completen sus metas, eso es lo fundamental.
¿Cómo definirías a Flavio Segundo?
Una persona normal. Carismático y sociable. Una persona de muchos amigos. Me gusta mucho relacionarme. Me considero una persona muy laburadora, trato de hacer siempre lo mejor que se pueda. Arranco muy temprano todos los días, soy el primero que llego al gremio y el último que me voy. Es porque considero que debe ser así, pero aparte me gusta y lo disfruto.