El crédito hipotecario es uno de los grandes deseos de la clase media. Los préstamos para la vivienda están frenados desde hace muchos años.
La nueva rebaja de tasas dispuesta por el Banco Central hace renacer la esperanza de que en algún momento regrese el crédito hipotecario a la Argentina.
Los préstamos a largo plazo para comprar viviendas vivieron una etapa de esplendor en los ’90, durante la convertibilidad. Cuando mucha gente pudo adquirir su primera propiedad.
Pero el estallido del 2001 hizo volar por los aires el crédito, y en las dos últimas décadas el déficit habitacional no paró de crecer.
A tal punto que el crédito al sector privado cayó a sus menores niveles históricos, apenas un 4% del PBI.
Aunque los bancos reconocen tener mucha liquidez, al mismo tiempo indican que la demanda de préstamos se mantiene en niveles muy bajos. El bajo nivel de actividad lleva a las empresas a no precisar crédito y además aún conservan mucho stock.
En el caso de las familias, la decisión en general es no tomar deuda, por incertidumbre sobre lo que podría suceder en un contexto recesivo y donde hay dudas sobre el futuro de los salarios.
Los préstamos al sector privado aumentaron solo 144% en términos interanuales, la mitad de la inflación acumulada en términos interanuales. Se trata posiblemente de una de las variables financieras que peor desempeño tuvo.
En los bancos dicen querer incrementar su stock de crédito tanto a empresas como a familias. Pero que las condiciones del mercado hacen que por ahora la demanda se mantenga en niveles históricamente bajos.
En el Banco Central se mostraron optimistas sobre un rebote crediticio “a partir de la mejora que estamos viendo en las variables macroeconómicas”.
Como ahora el Tesoro tiene superávit fiscal, la demanda de financiamiento del sector bancario bajó en forma significativa. Por lo que los bancos se quedaron con un excedente de pesos sin colocar.
Esos fondos terminan yendo a pases pasivos del Central, como forma de conseguir rendimientos en el corto plazo.
Directivos de bancos creen que si mejoran las condiciones macroeconómicas se producirá “un boom crediticio”. Sobre todo porque hace varios años que el mercado viene deprimido.
Funcionarios del BCRA se mostraron optimistas sobre un rebote crediticio “a partir de la mejora que estamos viendo en las variables macroeconómicas”.
Consideran que se está preparando el terreno para la reaparición de los préstamos hipotecarios, hoy prácticamente inexistentes en los bancos argentinos.
Claro que con una inflación acumulada de casi 300% en los últimos doce meses. Es directamente imposible ofrecer créditos de largo plazo como sucede con el financiamiento a la vivienda. Hoy, el stock de préstamos con hipotecas representa apenas el 0,1% del PBI.
Otro elemento que puede contribuir al incremento de los préstamos para la vivienda es la baja de la inflación.
Este viernes se conocerá el índice de marzo, que se habría ubicado por debajo del 13,2% de febrero pero aún por encima del 10%.
Para adelante el mercado espera que continúe la tendencia a la baja, aunque el proceso será relativamente lento.
Esa disminución de la inflación también debería acelerar la baja de las tasas de interés, lo que tendría que promover una mayor demanda crediticia. Pero aun con un costo de financiamiento más atractivo, para el sector privado es todavía más relevante que la actividad económica empiece a repuntar.
La Argentina es uno de los países de la región con peores índices crediticios en comparación con los altos niveles que se observan en mercados más maduros como Chile, Brasil, Perú y Colombia, con niveles de préstamos en relación al Producto que oscila entre el 60% y el 100%.
Eso representa al menos diez veces más que en el mercado local. Es que se trata de países con décadas de estabilidad y baja inflación.