La Nena de Argentina regresó al Monumental con un público eufórico en un show impactante
Éxito tras éxito, hit tras hit y bailecito tras bailecito. María Becerra ofreció una gran fiesta en su segunda fecha el Estadio de River Plate con un público entusiasta que se dejó sucumbir por su hechizo, después de una primera noche donde puso bien alta la vara. En un show donde la espectacularidad fue protagonista, rodeada de bailarines y con una escenografía al estilo arte pop, la cantante demostró por qué es una de las voces más fuertes de la música argentina actual.
Como un guiño al ser nacional, la artista irrumpió ante su público vestida con un abrigo largo y brillante que terminó sacándose para revelar un atuendo amarillo estridente al costado de los rayos de un sol naciente, similar al de la bandera nacional.
“¿Vamos a perrear furioso o qué?, lanzó, mientras arrancaba “Perro Furioso” y junto a un conjunto de bailarines ofrecían un gran show de música y coreografía. “¿Dónde están mis nenas esta noche?”, exclamó, mientras comenzaba con “Wow wow”, la canción que interpreta junto a Becky G. ¿La reacción? Un enloquecido grito de sus fans.
“¡María, María, María!”, exclamaba la muchedumbre, mientras la artista le dedicaba palabras de amor a todo su público. “Muchísimas gracias. Qué zarpado todo esto. Pensar que hay un montón de entradas hoy que fueron los que compraron para la primera fecha. Sé que acamparon y que hicieron la fila virtual”, aseguró.
“Todos estamos muy felices de estar con ustedes. ¡Hagámosle saber la ‘furia becerrista’ a la gente que lo está mirando por televisión!. Nos vamos a encargar de que tengan una noche inolvidable. Nos vamos a ocupar de eso. Todos ustedes nos inspiran”, lanzó, emocionada mientras comenzaba a interpretar Inspiradora.
Tal como realizó en su primera fecha, María tuvo un momento especial con sus seguidores donde se dedicó a leer todos los carteles que le escribieron sus fans. “Sé que suena “Acaramelao”, pero tu música cura mis días”, leyó, enternecida mientras la cantante accedía a dos pedidos muy puntuales. “¿Puedo estar face to face con vos?”, le rogó una fan, mientras que otra quiso un beso de la cantante en su panza, a modo de bendición del bebe que esperaba. Regalos que María prometió darles al final del show.
Como había hecho en su primer show, María presentó a Ailín Becerra, su hermana y gran apoyo, con quien cantó Pídelo, en un juego de espejos que plantearon a los fans por el enorme parecido que tienen. Ambas, enfundadas en vestidos súper cortos, le pusieron una cuota de sensualidad y despliegue coreográfico.
“Es una locura porque ella siempre lo quiso. Si ustedes ven sus videos de YouTube esto fue algo que siempre deseó y también cuando era mucho más chica, como a los 9 años. Ella siempre dijo que quería ser famosa y que quería cantar. Es un orgullo estar acá”, señaló la joven de 21 años, que comparte con sus hermana el amor a la música y el veganismo.