Las imágenes de los dictadores quedaron envueltas en una serie de rumores y actualmente están guardadas en custodia.
La orden del entonces presidente Néstor Kirchner de que se bajaran los cuadros de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone fue un hito del kirchnerismo y a partir de ese 24 de marzo de 2004 las imágenes de los represores quedaron guardadas, lejos de la vista del público.
Hasta aquel día, cuando el santacruceño pronunció el histórico “proceda” al entonces jefe del Ejército, Roberto Bendini, los cuadros en cuestión se encontraban en la galería de directores del Colegio Militar.
Luego de que el mundo viera cómo se bajaban las imágenes de los dictadores, esos dos cuadrados pasaron al olvido: el momento quedó grabado, pero nunca más se supo de ellos.
Ante una consulta de la agencia NA sobre la ubicación actual de las imágenes, fuentes del Ejército develaron el misterio, ya que el destino de las fotos quedó envuelto en rumores de que un grupo de cadetes habían sustraído las originales días antes del acto encabezado por Kirchner.
“Estos cuadros se encuentran actualmente en el Archivo Histórico del Ejército, en guarda en un depósito”, indicaron las fuentes consultadas por Noticias Argentinas.
Aquel histórico “proceda” fue un acto de reparación histórica por los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura, con un enorme simbolismo y que se sumó al discurso de Néstor Kirchner en la ex-ESMA para “pedir perdón de parte del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia por tantas atrocidades”.