Un día como hoy pero de 1995, el nosocomio nicoleño se volvió el centro de todas las miradas. Principalmente la de Casa Rosada, el hijo del Presidente había sufrido un accidente aéreo en Ramallo y si bien fue trasladado al San Felipe, las lesiones eran fatales. “No sabíamos quién era, lo identificamos por los documentos que llevaba entre su ropa. Tenía la cara aplastada”, recuerda el director del centro de salud en aquel entonces, Ismael Passaglia.
Nicolás Fenley
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Nada parecía salirse de los libretos rutinarios en el Hospital San Felipe, las horas transcurrían como en las otras tantas jornadas de atención sanitaria. Sin embargo, una fatalidad provocó que el miércoles 15 de marzo de 1995 quedara en la historia argentina y nicoleña. Era de mañana cuando el teléfono del centro de salud local empezó a sonar y dio pie a horas por demás agitadas. La llamada fue atendida por el director, Ismael Passaglia, y el subdirector, Omar Carreto. “Nos llama el secretario de Gobierno de la Municipalidad de Ramallo diciéndonos de que había habido un accidente en helicóptero, y que uno era el hijo del presidente, y el otro era Silvio Oltra”, recuerda Passaglia en diálogo con EL NORTE. Fue en ese entonces cuando la marea mediática, política y social se volcó sobre San Nicolás, lugar en el que se confirmaría más tarde el fallecimiento de Carlos Menem junior, hijo del Presidente en gestión. Un hito trágico que permanece en el inconsciente nacional. “Ya pasaron 29 años, pero lo recuerdo muy bien”, subraya el doctor.
Recuerdo vívido
“Fue el momento de mayor tensión y dramatismo en 35 años que estuve en el Hospital”, sentencia Passaglia, quién lo rememora con una precisión digna de un evento traumático. “A las 12:30, ingresa por la guardia del Hospital San Felipe un joven que primero no sabíamos quién era, lo pasamos directamente al quirófano”, comenzó su relato. Respecto a los procedimientos, tampoco se escapa un detalle: “Se le hizo una canalización para tener una vía y ponerle el suero en el antebrazo derecho, se le hace una intubación mecánica, porque tenía dificultad para respirar. Después de los estudios se ve que tenía fractura de base de cráneo, tenía una octorragia, o sea, sangre por el oído importante. En ese momento ya sabíamos, presumíamos, que eran lesiones incompatibles con la vida”.
En total fueron un poco más de dos horas las que Menem hijo permaneció con vida en el quirófano, entre las 12:30 y las 14:50, según la hora de deceso que determinaron los profesionales. Un transcurso de tiempo en el que arribó a la guardia el Jefe de Estado.
“Eran las 13 más o menos cuando llama el secretario general de la presidencia, Eduardo Bauzá, para preguntar si era el hijo del presidente y cómo estaba”, contó el ex intendente de San Nicolás, y agregó: “Decimos que sí, porque en un momento cuando se le sacó la ropa para examinarlo, tenía un portadocumento, que eran todos de Carlos Menem hijo. Lo que pasa es que tenía la cara aplastada. Entonces dijimos sí, que era el hijo del presidente, y que estaba muy grave”. A raíz de esa confirmación se dio lugar al arribo del mandatario, aunque con la particular decisión de no ver a su hijo hasta el trágico desenlace. “Estuvo charlando con nosotros tres, mientras estaba con vida, no quiso entrar a verlo. Después que falleció, entró para verlo, acompañado del administrador Diocesano y del que les habla”, subrayó Passaglia sobre el momento que compartió con Menem padre, el doctor Carreto y el sacerdote de Salto, quién por ese entonces administraba la diócesis local.
“De los familiares, llegó después la señora del presidente (Zulema Yoma), que estaba un poco alterada. Entró a la sala contigua donde habló con su esposo y nosotros nos retiramos”, contó. Claro está que puertas afuera del San Felipe la situación estaba desbordada. “Hubo mucha gente afuera y adentro, se llenó de periodistas, gente orgullosa que venía a verlo. Había custodia porque se metía la gente por todos lados”, aseguró.
Polémicas y cuestionamientos
El clima político de la época era tenso. La población todavía se encontraba conmocionada por el atentado a la AMIA, ocurrido menos de un año atrás (8 de julio de 1994), un episodio que despertó miles de teorías contra la figura presidencial. Un condicionamiento al que no pudo escapar el fallecimiento de Carlos Menem hijo.
Entre las distintas hipótesis que manejaba el colectivo social, impulsado mayormente por Zulema Yoma, era un posible ataque a la aeronave. Presuntos disparos contra el fuselaje, inclusive contra la víctima y hasta para quienes creían más allá, un mensaje contra el representante del Gobierno argentino. Los distintos postulados no solo apuntaban a desestabilizar el curso jurídico de la causa, también hacían lo propio con el diagnóstico médico.
Ante Ismael Passaglia subraya lo determinado por su equipo, que posteriormente fue avalado por otras decenas de profesionales. “Podemos decir, en forma concluyen, que tenía lesiones incompatibles con la vida. Si hubiera caído el helicóptero en el patio de la clínica Mayo de Estados Unidos, no se salvaba. Lo segundo, es que no tenía ninguna herida de bala en el cuerpo. Fue corroborado en la autopsia que le hicieron a posteriori, 30 médicos forenses que firmaron de manera unánime”, detalló el doctor nicoleño. “Yo me quedé con una copia de la historia clínica y una de la autopsia, por las dudas, pero nunca fuimos llamados a declarar ninguno de los médicos. Lo único que recibimos fue un mail de la Presidencia agradeciéndonos los servicios”, sentenció Ismael Passaglia.