El gobierno de Santa Fe seleccionó a Aarón Castellanos, ubicado en el extremo sur de la provincia, para participar en una competencia organizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Aarón Castellanos, una diminuta localidad que se ubica en el extremo meridional de la provincia, fue seleccionada por las autoridades de Santa Fe para representarla en el concurso internacional que busca al pueblo rural más encantador del planeta. Con alrededor de 400 habitantes, la noticia ha causó gran expectativa entre la población, que ahora aguarda con gran anticipación los resultados del certamen organizado por Best Tourism Villages de la ONU Turismo.
Esta iniciativa, que lleva 4 años en funcionamiento, se dedica a reconocer a los destinos turísticos rurales más importantes.
El presidente de la comuna, Walter Ramanzin, compartió en una entrevista este miércoles con el programa Punto Medio (Radio 2) cómo esta comunidad, que se marcó en el mapa nacional por las severas inundaciones sufridas debido al desbordamiento de la laguna La Picasa en 1999, que dejaron más de la mitad de su área rural sumergida bajo el agua, enfrenta ahora un momento de reconocimiento y esperanza.
“La Picasa estaba a 16 kilómetros y se nos arrimó. De un pueblo de productores agropecuarios nos transformamos en pescadores”, explicó Ramanzín y añadió que luego de varios trámites quedaron “habilitados para pescar carpa y pejerrey de forma comercial”.
“El pueblo se transformó”, manifestó el presidente comunal y aseguró que les sorprendió cuando la provincia los eligió para representarla.
Sobre las características del pueblo, Ramazín dijo que “tiene dos conventos donado a los Franciscanos y el otro a las monjas de La Merced”.
“El franciscano tiene cinco altares en el interior, todos de mármol de Carrara. Además, sus vitreaux fueron traidos de Francia y en el altar se incorporaron figuras talladas a mano. La escalera que sube a la torre es de cedro del año 1913, es todo material traído del extranjero”, destacó su presidente comunal.
“Es un pueblo chiquito de 400 habitantes y diagonales que terminan en la iglesia. Tiene ocho cuadras de ancho pero la gente da vuelta por esas diagonales y se pierde como si fuera un laberinto”, describió Ramazín.
Finalmente, sobre la competencia para ser uno de los pueblos más lindos del país dijo que ellos “ya es un orgullo” por más que no ganen. “Para nosotros ya es importante que la provincia nos haya elegido”, destacó.
El año pasado, eligieron a la localidad puntana de La Carolina como uno de los mejores pueblos turísticos del mundo en esta competencia.