El ministro de Economía apuntó contra las empresas y dijo que la Ley Ómnibus venía a terminar con parte de ese escenario. También afirmó que, en la negociación del Congreso, las provincias sobrevaluaron su poder de negociación con el Gobierno
El ministro de Economía, Luis Caputo, arremetió contra lo que describió como “curros” y “kioscos” como responsables de haber obstaculizado la aprobación de la Ley ómnibus en el Congreso. Esta norma, que tenía como objetivo abordar múltiples aspectos económicos y sociales, enfrentó un bloqueo por parte de gobernadores y legisladores afines a estos, según las palabras del titular del Palacio de Hacienda del gobierno de Javier Milei.
Caputo no escatimó en críticas, atribuyendo el fracaso de la ley a intereses corruptos que operan en distintos niveles de la administración pública. “Todo es un curro en este país, vamos a ser claros”, declaró, en una entrevista con La Nación +, sugiriendo que la corrupción permea tanto en el ámbito empresarial como en el político. Afirmó que la Ley Ómnibus tenía como objetivo combatir estas prácticas, aunque lamentablemente no logró superar los obstáculos.
El ministro también señaló la falta de habilidad negociadora por parte de las provincias, quienes subestimaron su verdadero poder en las discusiones sobre el presupuesto. Según Caputo, algunos gobernadores asumieron que el gobierno central no podría cumplir con sus compromisos fiscales sin la aprobación de la Ley ómnibus. Sin embargo, el ministro aseguró tener un plan alternativo para alcanzar el equilibrio fiscal, incluso sin esta norma.
“Las provincias hicieron una mala evaluación de su poder de negociación”, afirmó Caputo. “Pensaban que tenían mucho más poder del que realmente tenían”.