Se trata de “Awake Surgery”, una técnica de alta complejidad en la que el paciente debe realizar movimientos y hablar con los médicos mientras lo operan
Un adolescente de 15 años oriundo de Roque Pérez, se convirtió en el primer paciente pediátrico de la Provincia de Buenos Aires que operaron despierto para extraerle un tumor del cerebro. El procedimiento, que incluye la apertura del cráneo y el testeo en quirófano de funciones como el lenguaje, la comprensión y la visión, se realizó con éxito en el hospital público provincial Blas Dubarry, de Mercedes.
El neurocirujano Juan Marelli, a cargo de la intervención, junto con un equipo interdisciplinario, explicó que este tipo de operación “no es para todo el mundo”.
También expresó: “El procedimiento es complejo y requiere de una evaluación psicológica previa y una preparación del paciente que consiste en que conozca a todos los miembros del equipo y el paso a paso de la cirugía que, en este caso, duró cuatro horas y media. Por lo tanto, la persona no tiene que ser muy ansiosa y debe estar mentalmente preparada para afrontar esta operación”.
Esta técnica es conocida como “awake surgery” (despierto en cirugía). El 12 de julio pasado, en el Hospital Petrona de San Fernando, se realizó la primera intervención a un joven de 22 años que padecía una lesión cerebral.
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Proceso de la operación
El adolescente que protagonizó la primera operación de este tipo, le diagnosticaron un tumor en el hemisferio izquierdo del cerebro. Para realizar la extirpación del tumor, el equipo de salud debió abrir el cráneo y la duramadre, la cual es la capa exterior de tejido que protege al cerebro. Para esa primera fase de la cirugía sí se anestesió completamente al paciente.
Posteriormente despertaron al adolescente. “Nosotros necesitamos verificar que la resección del tumor no va a perjudicar ninguna de las funciones del hemisferio izquierdo del cerebro y, para eso, precisamos estimular con electrodos toda la zona de resección y estar en diálogo con la persona para monitorear las funciones cerebrales”, detalló Marelli. El médico agregó que, luego de despertarlo tras la apertura del cráneo, lo primero que se le preguntó al paciente es si se siente cómodo y si no siente dolor. Y precisó Marelli: “Esto es fundamental para continuar”.
Por otra parte, se monitoreó la visión y la sensibilidad. Luego, con una serie de preguntas y test psicológicos, el paciente dio al equipo de salud la información necesaria para que pudiera evaluar si era posible efectuar la resección del tumor sin riesgo de secuelas. ”Afortunadamente salió todo muy bien, reseccionamos todo el tumor, y ayudó mucho que el paciente sea un chico muy tranquilo, que se preparó mucho y al momento del procedimiento se comportó como un verdadero estoico: respondió todas las preguntas perfectamente y se mantuvo sereno durante toda la cirugía”, concluyó el neurocirujano.