En un gesto inusual por parte del presidente Javier Milei, este salió nuevamente al balcón de la Casa Rosada para saludar a turistas y ciudadanos argentinos en la Plaza de Mayo, acompañado esta vez por su pareja, Fátima Flórez. La aparición se produce poco después de su primera salida el 28 de diciembre. La novedad es que, a diferencia de la anterior, Flórez lo acompaña en esta ocasión, ya que no tenía funciones teatrales en Mar del Plata y regresó a Buenos Aires para apoyar al jefe de Estado en su mudanza a la Quinta de Olivos.
El saludo fue breve, y tras el encuentro en el balcón, Milei y la actriz se dirigieron en auto hacia la residencia presidencial en la zona norte, donde Milei ha decidido establecer su residencia después de varias semanas en el Hotel Libertador.
La decisión de mudarse a Olivos fue confirmada por el propio presidente el domingo, aunque se aguarda la finalización de la construcción de caniles especialmente adaptados para sus “hijos de cuatro patas”, cuatro mastines ingleses. El mandatario había explicado que la demora se debía a la necesidad de reforzar la estructura de la casa para acomodar los caniles.
Milei destacó que no usará el helicóptero presidencial para sus traslados y planea trabajar en la residencia oficial, excepto los martes y jueves, cuando encabezará reuniones de Gabinete en la Casa Rosada.
La obra para los caniles está siendo financiada por el propio Milei y ha sido encargada a una arquitecta conocida por él y personas de su círculo íntimo. La importación de materiales necesarios para la obra ha generado cierto hermetismo, ya que el presidente ha exigido no recibir ningún trato especial, esperando en la cola común la autorización de los dólares del Banco Central para la importación.
En una entrevista previa, Milei había revelado que, además de las reformas y el tema de los perros, en la Quinta de Olivos también se llevó a cabo una “limpieza de malas energías”. La conductora Liliana Franco profundizó al respecto, indicando que se realizaron tareas de limpieza esotérica debido a “cositas raras” encontradas en la residencia.
