El letrado comparó el asesinato de Tomás Tello, el joven de 18 años atacado en Santa Teresita, con el de Fernando Báez Sosa, ocurrido en 2020.
Tomás Tello fue asesinado a puñaladas cuando se retiraba de una fiesta de Año Nuevo. El ataque fue realizado por una patota de al menos nueve jóvenes, quienes se encuentran detenidos.
El caso conmocionó a toda la sociedad y no deja de sorprender la violencia con la que se mueve la juventud. Como así también es inevitable no acordarse de Fernando Báez Sosa, quien fue asesinado a golpes por un grupo de chicos a la salida de un boliche en enero del 2020 en Villa Gesell.
El abogado de familia Báez Sosa, que logró meter en prisión a los acusados fue Fernando Burlando, quien no dudó en hacer un paralelismo con las dos muertes. “Las consecuencias son verdaderamente graves para aquellos que se ponen en la postura de matadores y da la sensación de que nadie ha tomado razón de muchas cuestiones. Creo que no solamente es responsable el Estado pero fue un Estado ausente en la noche de todos los jóvenes”, dijo el abogado en contacto con el programa Pocos Correctos.
Además, aseguró que muchas personas lo llaman para pedir su asesoría, luego de ver cómo trató el caso de Fernando. “Después del caso de Fernando empecé a atender muchos casos de gran ausencia policial y de gran ausencia de dinero traducida en ambulancias y personal de seguridad que fácilmente podrían disolver el foco de salvajismo”.
En la entrevista se refirió también a su visión sobre los ataques grupales. Al respecto dijo: “Yo veo un acto de suma violencia y salvajismo protagonizado por muchos cobardes. Tuvieron un largo tiempo para desistir y de alguna manera si querían tener un acto ‘patetoril’ como yo lo describí en el caso Fernando, también podían desistir. Si uno quiere hacer una patoteada se resume en un golpe, un susto, un empujón pero acá tuvieron 800 metros para llevarlo, en este caso a Tomás, hasta la muerte”.
Al ser consultado sobre cómo llevaría adelante la causa, argumentó: “Personalmente me tomaría de esa circunstancia, de ese trayecto hacia la muerte, donde podrían haber adoptado una actitud diferente y recapacitado. Tuvieron tiempo de darse cuenta que esto terminaba con la vida de una persona”.
“Yo usé la palabra cobardes en el caso de Fernando y muchas personas se enojaron pero es realmente la única definición que se le puede dar a una situación de estas características. Todo esto hace indefectiblemente que tenga similares características: desde nuestro punto de vista, todo arrancó en el local bailable pero lo emboscaron fuera del local bailable. Acá la redada fue de 800 metros y fue castigado, a Fernando lo inmovilizaron y empezó su padecimiento instantáneamente porque fue reducido a partir del primer abordaje”, acotó Burlando, para cerrar el tema.
