El nicoleño formó parte de la Selección Argentina Sub 17 en el Mundial de Indonesia. Antes de viajar, firmó su primer contrato profesional en Estudiantes, club que lo cobijó desde los 13 años y en el cual ya juega en la Reserva. Mientras pasa los últimos días del año en San Nicolás, Valente ya piensa en 2024: “Me gustaría poder hacer la pretemporada con la Primera”, dijo.
EZEQUIEL GUISONE
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La selección Sub 17 de Diego Placente tuvo algo de aquellos equipos juveniles de los 90, donde el actual entrenador era uno de los protagonistas en el campo de juego. Más allá de un tropiezo inicial en la Copa del Mundo, del cual se recuperó ganando los dos partidos siguientes, el equipo tuvo grandes momentos futbolísticos, sobresaliendo el 4-0 sobre Polonia en el cierre de la primera fase y el inolvidable 3-0 a Brasil en cuartos de final. Y captó la atención de la gente, algo que rara vez pasa con una categoría juvenil.
Dentro de ese plantel que viajó a Indonesia estuvo el nicoleño Valente Pierani, que cuando tenía 13 años emigró a Estudiantes de La Plata, y casi cinco años más tarde ya tiene contrato profesional firmado con el club “Pincharrata” y un Mundial con la Selección Argentina. Tremendo.
“Estudiantes es una familia, estamos todos juntos, siempre te acompañan, nunca perdés el contacto con las personas de ahí y siempre tenés a alguien para para poder acudir cuando te pasa algo”, contó Valente en su visita al programa La Deportiva, de Radio U 89.9. El hijo del recordado “Gringo” fue homenajeado en los premios “Somi” la semana pasada, y lo mismo ocurrirá este miércoles en los Plumi que entrega el Círculo de Periodistas Deportivos de San Nicolás. “Somisa es casi mi segunda casa. Cuando vengo acá a San Nicolás creo que estoy más tiempo en el club que en mi casa, porque mis amigos son todos del barrio”, contó.
Un sueño indonesio
Luego de atravesar con éxito todas las convocatorias previas, Pierani fue confirmado como uno de los 21 futbolistas que viajaron al Mundial Sub 17 de Indonesia. “Cuando me avisaron que iba al Mundial no lo podía creer, como que no caía”, recordó. “Uno siempre sueña de chiquito con vestir la camiseta de la selección argentina y más todavía poder hacerlo en un Mundial representando a tu país. Es algo increíble. Cantar el himno, mirar a la tribuna y ver que está tu familia es hermoso”, expresó.
Contó que guardó dos camisetas de la máxima cita (“una violeta, y una celeste y blanca”), que quedarán guardadas en su casa como homenaje a su viejo, a Jorge, que falleció este año. “Si hay alguien que quería que yo estuviera ahí era él, así que sí quedarán acá guardaban”, dijo Valente, que en febrero cumplirá 18 años.
El plantel llegó a la última semana de preselección con 28 nombres, de los cuales tenían que quedar 21. “Ya en tu cabeza sabías que siete se quedaban afuera, y nadie sabía nada hasta último momento. Uno siempre entrega todo para poder estar ahí, pensar que es una sola vez en la vida, así que lo tenés que aprovechar al máximo”, recordó. Finalmente el llamado llegó, y el defensor de Estudiantes llevó el nombre de San Nicolás al sudeste asiático.
Y también llevó a buena parte de su familia. “Pudieron acompañarme mi mamá, mi hermano, mi padrino con Sonia, mi tío, mi primo y mi prima. Ellos llegaron para la primera fecha y estaba en un hotel cercano al nuestro. Fueron un montón de familiares de todos los jugadores”, contó.
“Placente es un gran técnico”, aseguró en otro tramo de la charla. Y destacó “su forma de hablar, cómo nos aconseja, las charlas que nos da. Son gente que sabe muchísimo y que también pasaron por el lugar donde estamos hoy nosotros, porque estuvieron en las divisiones juveniles de la Selección”.
Además, valoró el grupo de jugadores que se creó: “Armamos un grupo hermoso, estuvimos un mes allá en Indonesia, todos juntos de diferentes clubes que por ahí no nos conocemos tanto y la verdad que nos hicimos muy amigos todos”.
Pierani fue titular en la goleada 4-0 frente a Polonia. “Yo hasta el mismo día del partido no sabía que iba a jugar, y cuando me enteré obviamente me puse re contento y no le dije nada a mi mamá, para que no se pusiera nerviosa”, contó entre risas. “Ya en la cancha, cuando cantás el himno y la cámara te toma de frente es hermoso. Por suerte no estaba nervioso a la hora de jugar y eso también es muy importante, el cuerpo técnico me dio el respaldo y por suerte me sentí muy bien en todo el partido”, remarcó quien fue uno de los puntos altos del equipo.
El punto más alto del torneo sin dudas fue la goleada sobre Brasil en cuartos. “Fue un partido hermoso. Encima nosotros habíamos perdido con ellos la final de un torneo en Francia, y en el Sudamericano también perdimos con Brasil 3 a 2. Pero ganarles 3-0 en un Mundial y en cuartos de final y además de la forma en que jugamos, fue increíble”, destacó.
“Con Alemania también jugamos un gran partido, se lo empatamos al final y en los penales no se nos dio. Obviamente queríamos salir campeones y quedar en la historia, pero nadie quita que hicimos un gran torneo y quedamos entre los cuatro mejores del mundo”.
Profesional
Antes del viaje a Indonesia, el nicoleño firmó con Estudiantes su primer contrato profesional, hasta diciembre de 2025. Llegó al Pincha en 2019; jugó en novena, octava y séptima. De ahí, saltó a Reserva, y tuvo en 2021 su primera convocatoria a la Selección nacional. Este 2022 lo comenzó haciendo la pretemporada con la Reserva, donde en la segunda mitad del año se terminó afianzando y tuvo sus primeros minutos.
“En Reserva el juego cambia y se nota bastante. Las primeras semanas me costaba acostumbrarme, pero cuando ya vas llevando varios entrenamientos, te vas acostumbrando. Los controles, la intensidad, todo cambia muchísimo y se nota”, contó el defensor.
El deseo para lo que viene está claro. Pegar un nuevo salto en La Plata, y mantenerse en el radar de la albiceleste, ya con edad de Sub 20. “Me gustaría poder hacer la pretemporada con Primera, poder subir a Primera el año que viene, y obviamente poder seguir teniendo más minutos en Reserva”, expresó el nicoleño.
“Creo que a mitad de año empieza la convocatoria de la Sub 20, así que también sueño con poder estar ahí convocado, pero paso a paso y de a poquito. Ahora toca lo más difícil, que mantenerse y no relajarse, porque uno piensa que ya jugué un Mundial, ya firmé contrato, pero todavía no es nada. Tengo 17 años y todavía me queda muchísimo por aprender y por mejorar”, concluyó.