Matías Ezequiel Chirino murió en el Casino de Oficiales del Grupo de Artillería de Monte 3 de Paso de los Libres en junio de 2022.
La causa en la que se investiga la participación de nueve militares acusados por la muerte del soldado Matías Ezequiel Chirino en la provincia de Corrientes en el marco de una “bienvenida” o “ritual de iniciación” fue elevada a juicio.
Así lo dictaminó el juzgado federal Paso de los Libres tras el pedido realizado por el fiscal federal, Aníbal Fabián Martínez.
A Chirino lo obligaron a beber alcohol en exceso, realizar ejercicios extenuantes y sumergirse en una pileta, lo que derivó en su muerte.
En el requerimiento de elevación a juicio, según informó el Ministerio Público Fiscal de la Nación, los acusados Rubén Darío Ruiz, Claudio Andrés Luna, Hugo Martínez Tárraga Reclus, Exequiel Emanuel Aguilar, Darío Emanuel Martínez, Luis Facundo Acosta y Gerardo Sebastián Bautista fueron considerados coautores del delito de “homicidio simple con dolo eventual” de Chirino y “abuso de autoridad” en perjuicio de otros dos subtenientes.
Además, Claudia Daniela Cayata y Franco Damián Grupico fueron imputados como partícipes secundarios de ambos delitos.
Si bien la Cámara Federal de Apelaciones de Corrientes dispuso en septiembre la prisión preventiva de siete militares, las detenciones no se hicieron efectivas porque esa resolución no se encuentra firme debido a que las defensas la recurrieron ante la Cámara Federal de Casación Penal.
En el requerimiento, el MPF reiteró la solicitud de que fueran detenidos.
Según se pudo determinar en la investigación, los imputados le impartieron tanto a Chirino como a otros dos subtenientes distintas órdenes arbitrarias y maltratos, que consistieron en obligarlos a ejecutar diferentes tareas denigrantes.
Durante la noche del 18 de junio de 2022, cuando los tres tenían el estómago vacío, los obligaron a beber alcohol en exceso, para luego exigirles que se colocaran la ropa de gimnasia de verano y se sumergieran a la pileta del casino de oficiales, cuya agua se encontraba sucia y a baja temperatura.
Les ordenaron además que dejaran sus teléfonos celulares sobre la mesa para que no contaran lo que ocurría. En ese contexto, también les indicaron que cantaran y recitaran “la oración del soldado” y la misión del Ejército Argentino. Si se equivocaban, debían correr alrededor del quincho o hacer flexiones de brazos.
De acuerdo con la investigación, en el momento en que los tres nuevos subtenientes perdieron el conocimiento, los responsables los abandonaron en una de las habitaciones asignadas a uno de ellos.
Chirino terminó en un colchón sobre el piso y sin una frazada, a pesar de las bajas temperaturas registradas aquella noche.
Cerca de las 6.00, el imputado Bautista llamó a la enfermera de guardia y le pidió que fuera hasta la unidad porque uno de los nuevos integrantes “se había pasado de alcohol”.
De acuerdo con las constancias, a las 6.30 ingresó a la habitación y notó que Chirino no presentaba signos vitales, por lo que comenzó a realizar la reanimación mientras se decidía el traslado del joven al Hospital San José de Paso de los Libres, donde se comprobó el fallecimiento.
En el requerimiento, se tuvieron en cuenta los testimonios de las otras dos víctimas y de dos integrantes del Ejército, así como también las capturas de las conversaciones y chats mantenidas por los involucrados a través de Whatsapp y los estudios médicos practicados.
“Las particularidades del caso hacen pensar que los oficiales conociendo el daño que podían causar en la salud de los nuevos oficiales, con sus conductas crearon un peligro más allá del permitido lo que guarda relación de determinación con el resultado luctuoso. Debe entenderse que habrían actuado con dolo eventual pues se representaron la posibilidad de producción del resultado”, indicó el fiscal Martínez en la elevación a juicio.
Para el representante del MPF, todo lo expuesto hace que concluir que los nueve implicados fueron conscientes del peligro creado en la salud y que de todas formas “siguieron adelante sometiendo a la víctima, compeliendolo a beber hasta perder el conocimiento, y luego siendo conscientes del estado de indefensión en que se encontraba Chirino lo abandonaron a su suerte demostrando indiferencia y aceptando el posible resultado luctuoso toda vez que no tomaron los recaudos mínimos necesarios para evitarlo -custodiarlo, abrigarlo ante las bajas temperaturas reinantes-, máxime cuando el medio utilizado era idóneo para producirlo”.