Desde esta semana, Provincia dispuso que la verificación técnica vehicular que obligatoriamente deben realizar cada seis meses deje de costar el 50% de lo que paga por año un vehículo particular para pasar a abonar la tarifa completa. Es decir que deben afrontar el costo equivalente a dos VTV por año. “No se entiende por qué instrumentan una medida así en un sector que ya no puede más”, sostiene Pato Bottazzi. Analizan llevar a cabo una masiva caravana de protesta.
De la redacción de EL NORTE
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Los trabajadores del remis estallaron esta semana luego de ponerse en práctica una medida que atenta contra la supervivencia de un sector que ya no resiste seguir perdiendo rentabilidad. En concreto, el gobierno provincial dispuso que la Verificación Técnica Vehicular (VTV) que los propietarios de remises deben realizar cada seis meses tenga ahora el mismo costo que el que paga anualmente un vehículo particular. Esto, en términos reales, representa la duplicación del costo por VTV puesto que hasta aquí los remiseros abonaban el 50 por ciento del valor que paga un particular, aunque cada seis meses.
“Hay mucha bronca entre los trabajadores remiseros, porque parece que no entienden la situación límite que estamos viviendo. Hoy un remisero es pobre”, afirma Héctor Pato Bottazzi, la voz representante de un sector que arrastra serias dificultades para prestar un servicio de calidad debido a escuálida rentabilidad que obtienen por los altos costos de funcionamiento y la caída de la demanda.
“Nos están terminando de matar”, asegura Bottazzi. Tal es el rechazo que ha despertado esta medida que los trabajadores están evaluando una caravana de protesta para visibilizar lo que consideran un golpe de gracia para la actividad. “Que alguien nos expliqué por qué avanzan con estas medidas. Están atacando a los más débiles, a los trabajadores. No nos dan los números, no podemos más”, reclama Bottazzi.
Es importante aclarar que el costo de la VTV es afrontado por el propietario del remis y no de la agencia que los emplea. “En este caso, el agenciero no tiene no tiene ninguna responsabilidad”, dijo. “Esto va a seguir deteriorando el servicio porque el dueño del vehículo no tiene margen para seguir cargando sobre la espalda los costos de mantenimiento del vehículo. En San Nicolás hay un montón de remises que circulan rotos porque no hay plata para ponerlos en condiciones. La situación es terminal. Y encima nos siguen aumentando los costos. No sé cómo va a terminar esto”, advirtió Bottazzi.
En efecto, tal como este diario reflejara en reiteradas oportunidades, el servicio de remises es malo en San Nicolás. Principalmente por la baja rentabilidad, lo cual repercute en el parque de vehículos puesto que son más los trabajadores que abandonan la actividad que los que se suman. Esto, por carácter transitivo, ha ido reduciendo progresivamente la oferta, muy sobrepasada por la demanda. De ahí que acceder a un servicio puede llegar a ser una verdadera odisea para un pasajero. Mucho más en el horario nocturno o los días de lluvia.
El otro déficit que afecta al usuario es lo que Bottazzi explicaba más arriba: autos en muy mal estado por la imposibilidad de hacer frente al costo de mantenimiento. Todo ello configura un escenario muy delicado, tanto para el trabajador como para el usuario del remis.
