Lautaro tiene 19 años y había ido con sus amigos a un boliche de Laferrere. Recibió una golpiza que culminó de manera trágica.
Lautaro Alvaredo tiene 19 años y por un ataque brutal a la salida de un boliche en la localidad bonaerense de Laferrere, que incluyó un golpe en la cabeza, posee muerte cerebral.
Se trata de un joven que apenas terminaba el colegio y que tenía la esperanza de un futuro profesional, ya que quería estudiar administración de empresas. Sin embargo, también hacía de adulto, ya que tenía que trabajar para ayudar en su casa.
Su tía Camila contó que el chico “trabajaba en un local de productos químicos y ayudaba a hacer el reparto, y los fines de semana se encargaba del sonido de los shows que su padre ofrecía en los bares de González Catán”.
El objetivo era uno solo: “Llevar el mango a casa”. A su vez, su familiar, en diálogo con Clarín, mencionó que Lautaro era una amante de la música, especialmente del cuarteto, género que conocía muy de cerca, debido a que su papá, Diego, tenía una banda.
“Así empezó a acompañar al padre y les daba una mano con el sonido en cada recital que hacían. Empezó a colaborar tímidamente hasta que se convirtió en uno más del grupo, pero debajo del escenario”, relató.
Por otro lado, mencionó que Lautaro “se caracterizaba por solucionar los problemas. Siempre estaba dispuesto. Un pibe sano, viste, casero, que resolvía como un adulto. Cuidaba a sus hermanos y los llevaba o pasaba a buscar cuando era necesario”. Al joven le encantaba jugar al fútbol. Hincha de Boca, también tenía cierto fanatismo por los autos, por lo que solía acudir a muestras y exposiciones.
Se trataba de un chico al que no le gustaba salir a bailar. “Era la tercera vez que Lautaro salía a bailar. La condición era que fuera y volviera en un remis, y me lo mataron igual”, dijo su padre este miércoles.