Así graficó la problemática que se vive en los hogares de tránsito de San Nicolás Pamela Tapias, psicóloga y disertante de la jornada “Hablemos de adopción” que organizó el pasado jueves el Hogar San Hipólito junto con las diversas instituciones que intervienen en el proceso. “Una de las dificultades con la que nos encontramos es que la mayoría de los pretensos adoptantes están inscriptos en su disponibilidad adoptiva de 0 a 3 años, mientras que la mayoría de los niños en situación de adoptabilidad superan ampliamente esa edad”, afirmó.
De la Redacción de EL NORTE
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El Hogar San Hipólito realizó el pasado jueves en el Auditorio Municipal una jornada denominada “Hablemos de adopción” en articulación con los distintos actores intervinientes en el proceso de adopción, pensado como un espacio de difusión y reflexión sobre dicha problemática. “Este gran desafío comenzó a partir de una necesidad”, destacó la presidenta del hogar, Clarisa Schmunck, en referencia a la creciente dificultad que se presenta en que aquellos niños, niñas y adolescentes que no pueden regresar a vivir con sus familias de origen tengan la posibilidad de hacerlo con una adoptiva.
La jornada contó con un cronograma variado de disertaciones y experiencias de distintos actores, entre ellos la Dra. María Dolores Díaz, de la Asesoría de Menores; la Dra. Brenda Martin, del Servicio local de promoción y protección de derechos de niños, niñas y adolescentes; la psicóloga Lorena Torrero, del Juzgado de Familia Nº 2, referentes del Hogar El Amanecer presentaron una experiencia de adopción; la psicóloga Pamela Tapias, del Hogar San Hipólito, expuso sobre el abordaje desde las instituciones; y Pilar Arias Iglesias, madre por adopción, compartió su vivencia.
“La idea surgió hace un tiempo con la gran dificultad que nos encontrábamos, ya que no había demasiadas familias disponibles para los chicos que estaban en situación de adoptabilidad. Esto nos generaba inquietud y decidimos armar este encuentro como una oportunidad de divulgar información más fidedigna, romper con algunas creencias erróneas, algunos mitos que están instalados aún en el inconsciente colectivo”, comentó Pamela Tapias, psicóloga del Hogar San Hipólito.
Actualmente viven en el hogar 18 niños y niñas de entre 0 y 18 años. “Primero se trabaja para que ellos puedan volver con sus familias biológicas, ya sea de origen o familias ampliadas. El último recurso es el de adopción, cuando no se logró trabajar con esa familia o si continúa la situación de vulnerabilidad. El hogar es un espacio alternativo a la convivencia familiar, trabajamos primero con la familia y después, cuando se decreta la situación de adoptabilidad, durante todo el proceso siguiente con los demás organismos”, detalló la trabajadora social de la entidad Sofía Menichelli.
Encontrar una familia
Muchas veces sucede que el paso de la convivencia del hogar alternativo a una familia adoptiva no se da en los tiempos deseados ni esperados.
“Cuando todos los recursos se agotan, entendiendo que además las medidas de abrigo que son las que dan lugar a que los chicos estén en una institución se vencen, y los plazos están altamente vencidos en la mayoría de los casos, es que comienza esta búsqueda desde el Juzgado. Por eso la intención de esta jornada es clarificar esos pasos, cuándo se da una situación de adoptabilidad, los plazos, la selección, la búsqueda. Una de las dificultades con la que nos encontramos es que la mayoría de los pretensos adoptantes están inscriptos en su disponibilidad adoptiva de 0 a 3 años, mientras que la mayoría de los niños en situación de adoptabilidad superan ampliamente esa edad. Hay una brecha muy grande entre los niños que esperan una familia y la pretensión adoptiva”, detalló Tapias.
“Muchas personas que se animan a ampliar la disponibilidad adoptiva acortan automáticamente los tiempos de espera y los llamados aparecen”.
Pamela Tapias, psicóloga del Hogar San Hipólito
Y agregó: “Eso hace que también se reafirme la idea de que la espera para adoptar es larguísima, cuando –contrariamente– muchas personas que se animan a ampliar la disponibilidad adoptiva acortan automáticamente los tiempos de espera y los llamados aparecen. También pasa con los grupos de hermanos, la mayoría estadísticamente hablando está dispuesta a adoptar un niño o una niña, cuando a veces hay grupos de hermanos donde se intenta mantener ese vínculo fraterno”.
El proceso
Una vez superada la etapa de búsqueda, desde el hogar se hace un seguimiento del niño o niña en su familia adoptiva. “Nosotros estamos para acompañar ese proceso, qué le pasa a ese niño o niña, qué le pasa a esa familia. Es acompañar en ese conocerse, reconocerse, como hijos, como futuros padres. El termómetro primordial es qué les pasa a esos niños que han sido vulnerados, que sus derechos han sido descuidados, en pos de que eso se pueda reparar de alguna manera”, sostuvo la entrevistada.
Para iniciar cualquier proceso de adopción hay en nuestro país un Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, al que se accede a través de la página web www.argentina.gob.ar, donde se debe completar un formulario. A partir de allí comienzan a realizarse evaluaciones en el Juzgado de Familia de la ciudad en la que se anotan, que en nuestra ciudad se ubica en Av. Savio 82.
“Las experiencias que nosotros transitamos han sido muy favorables. La intención es no romantizar la adopción, sino que se pueda entender como un proceso real de otro modo de ahijamiento, pero los cambios que se ven en los chicos son altamente significativos. Hay otro para ellos/ellas, todo lo que tiene que ver con su singularidad, con su identidad. Una identidad que viene trazada por su historia, pero que también permite construir algo nuevo, es altamente reparatorio en todo lo que ha sido vulnerado”, marcó Tapias.