Problemas y avivadas detrás de la deformación del sistema de precios por el congelamiento. ¿Por qué afecta principalmente a las estaciones del interior?
Hay problemas con el abastecimiento de combustible principalmente en el interior del país. ¿Hay problemas? Distintas estaciones de servicio empezaron a colgar el cartelito de “no hay gasoil” o “no hay super” en los surtidores.
Lo advirtió también el dirigente rural Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP). “Lo estamos viendo en varias estaciones de Buenos Aires y La Pampa y si llega a llover y comienzan los trabajos de siembra se sentirá peor”, explicó. Pero ¿Qué hay detrás de la falta de combustible y gasoil en las estaciones de servicio?
Consultadas distintas fuentes en las principales petroleras desmienten la situación. Más bien hablan de cuidado de los stocks de naftas y sobre todo gasoil importado en un ámbito de congelamientos de precios hasta el 30 de octubre. En principio tal como lo anunciara tras las PASO el ministro de Economía Sergio Massa en conjunto con los principales referentes de las petroleras.
Lo que ocurre es que un precio congelado de nafta, contra un costo internacional del barril que sigue subiendo, y localmente una inflación acelerada, genera distorsiones en la economía de todas las partes del negocio. Las petroleras, los estacioneros, y los consumidores. Todos buscan cuidar su parte, y el negocio no fluye.
Por otra parte, la suba del precio mayorista de combustibles, la demora en el ingreso de importaciones por falta de divisas y una mayor demanda del sector agropecuario en un momento de intensa actividad en el sector son algunos de los factores que se apuntan como origen de que las estaciones de servicio muestren faltantes de nafta y gasoil.
Noticias Argentinas habló con un referente del sector que explicó coloquialmente la situación que se generó con una brecha de precios entre los valores de venta del sector mayorista. Donde compran los transportistas y las grandes empresas (como los productores agrícolas), y el minorista, integrado por las estaciones de servicio que venden a los consumidores finales.
El problema principal que se advierte desde principios de mes y cada vez más. Es que el precio en el servicio mayorista debería valer siempre un 10% menos que en el minorista como indica la lógica del negocio. Pero por el congelamiento delas naftas minoristas hoy los precios mayoristas están entre un 25 o 30 % por encima del minorista. Como consecuencia, los sectores que deben comprar en el sector mayorista van a las estaciones de servicio minorista a llenar el camión con el valor de Preciso Justos. Buscan el precio más barato para ellos, lógica económica.
Por esta razón, no se observa una mayor demanda de gasoil, dado que la demanda es la misma. Pero la boca de abastecimiento cambia, y genera un desabastecimiento en las estaciones de servicio.
Del otro lado las estaciones de servicio que entre el 85% y 90% de ellas, son de los estacioneros (pymes que tienen contrato de exclusividad con las petroleras para el expendio de combustible). Y vienen golpeadas por efecto de la continua suba de sus costos de la mano de la inflación. Además sufren el congelamiento del precio de las naftas, por lo que la única forma que les queda de aumentar sus ingresos es por cantidad. Entonces, le venden a todos hasta agotar stocks, y piden una nueva provisión a las petroleras.
La tercera pata, son las petroleras, que como la producción interna de gasoil no alcanza para cubrir la demanda deben importar el producto. Hay que tener en cuenta que por el tema del costo en dólares y la falta de reservas en el BCRA, se le está haciendo imposible importar lo que realmente necesitan. Y muchos además están pagando al dólar CCL.
En concreto, están importando combustible a dos dólares por litro y lo están vendiendo en el mercado interno a 40 centavos por litro. “Las compañías petroleras hacen su esfuerzo para abastecer a las estaciones, pero no es para que los productores agropecuarios o autotransportes vayan y se quieran valer de una situación generada desde Economía para contener con un congelamiento de precios, y quieran ir a sacar ventaja de esa situación” explican en estricto off. Cada sector tiene que ir a comprar a su segmento. “Los agroexportadores mejoraron un 23% con la devaluación sus ingresos y más o menos eso es lo que subió la nafta también”, continúa la explicación.
Las estaciones de servicio también presionan, venden el abastecimiento y piden más. Las petroleras por su parte cuidan el stock, por que están vendiendo a pérdida. “Si históricamente la estación vende por ejemplo 100 litros y al mes me está pidiendo 200, algo esta mal”, detalla la fuente. Esas son las avivadas de las que hablaba Sergio Massa hace unas semanas cuando el problema empezaba a crecer. “Siempre en procesos electorales hay pícaros y bandidos y tenemos que castigarlos”, decía cuando se lo consultaba sobre el tema.
La venta de gasoil acompaña históricamente el crecimiento del PBI. El gasoil lo usan la industria y el agro, los camiones y actividades económicas. Si no crece el PBI es porque no están andando más camiones ni subiendo la industria, además que se está saliendo de una sequía. Por lo que el aumento de venta en la estación de servicio significa que no se está yendo al mayorista por parte de los consumidores que deben ir a ese segmento. Y lo hacen en las estaciones al precio mas barato.
Entonces la petrolera se pone reacia a seguir dando combustible que vende por debajo del costo para que otro sector se vea beneficiado con la venta de un volumen adicional. Por “los picaros que en vez de ir a comprar a su segmento mayorista, lo va a comprar en el minorista”. Ahí se genera la tensión. Todo producto del congelamiento y la deformación del negocio.
Distintas compañías consultadas concluyeron que combustibles no faltan, el problema es que cada sector debe ir a comprar a su segmento. La situación es compleja, el domingo son las elecciones y en base a la resolución, habrá que ver como continua la situación del precio, los abastecimientos y la política de descongelamiento con el impacto de la inflación, y una posible devaluación. La secretaria de Energía, Flavia Royón, al ser consultada confirmó que el acuerdo concluye a finales de octubre. Ante la consulta de como seguir reconoció que todo depende de lo que pase el domingo.