La historia de Adrián Acevedo es una de esas historias de superación y esfuerzo. Es una de esas historias que replican sobre muchos y más en estos tiempos de pandemia. Nació en Tigre, vivió en Don Torcuato, formó una familia y tiene un varón, Lautaro de 10 años, Melina de 5 y Nahiara Celeste de 4 años.
“Llegué a El Paraíso, por la pandemia, le pedí a mi viejo si me podía prestar la casa y hace un tiempo que estoy acá. En principio nos íbamos a quedar entre 15 y 20 días y acá estamos. Acá hay libertad para que los chicos jueguen en el parque y hay libertad para que yo pueda entrenar” relató.
Tiene una rutina de entrenamiento que realiza por el acceso de la localidad de El Paraíso donde sale a trotar: “la ruta está muy buena y aprovecho para entrenar” explicó Adrián luego agregó, “mi señora o mi hijo me acompañan en el cuatriciclo mientras voy corriendo atrás con una soguita. Esto lo implementamos así para poder entrenar”.
Accidente
Adrián Acevedo perdió la visión en el año 2003 en un accidente, tenía 14 y la llegada de los 15 años lo encontró en un hospital: “pasé de ver bien a no ver nada, y bueno gracias a la familia me dedique al deporte y fue lo que me permitió salir adelante. Gracias a Dios tuve una oportunidad más y la vida es una sola y hay que disfrutarla” relató.
Adrián en el año 2008 jugó con los Murciélagos (selección masculina de fútbol para ciegos de Argentina) y practicó varios deportes.