Casi la mitad de los policías que trabajaban en el ámbito de la Unidad Regional II de Rosario se manifestó a favor de introducir la pena de muerte en la legislación, algunos porque creen que eso contribuiría mucho a disminuir la criminalidad y otros porque hay delincuentes que se lo merecen. Un porcentaje similar, en cambio, se manifestó en contra de esa medida eventual por considerar que no serviría para frenar el delito, mientras que una mayoría de 26,7% opina que “la vida es sagrada”. Las opiniones fueron volcadas en el Censo Policial 2020, una encuesta anónima realizada entre los miembros de la fuerza en toda la provincia para conocer sobre sus experiencias y percepciones.
Los resultados del trabajo realizado en conjunto entre el Observatorio de Seguridad Pública del Ministerio de Seguridad provincial y el Programa Delito y Sociedad de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) de Santa Fe fueron difundidos en marzo pasado en lo relativo a toda la provincia, mientras que por estos días comenzó a circular el informe que detalla las respuestas obtenidas entre el personal que se desempeña en el Departamento Rosario.
Uno de los 18 bloques temáticos organizados en el Censo Policial 2020 tiene que ver con los problemas de seguridad pública, con el fin de conocer las opiniones y percepciones de los policías al respecto. Algunas de las preguntas van más allá de la labor policial y tienen que ver con las problemáticas sociales “más preocupantes” en la provincia de Santa Fe. Al respecto, más de la mitad (52,7%) apuntó al narcotráfico, un 33,4% consideró la desocupación, un 33,2% el consumo de drogas ilegales, un 26,4% la crisis de gobernabilidad y degradación de las instituciones públicas. Debajo del 20% aparecen otros problemas como la los bajos salarios y la inflación (18%), la corrupción política (16%) y la pobreza (13%).
En comparación con las respuestas brindadas por los policías que trabajan en el ámbito de la ciudad de Santa Fe y el departamento La Capital, el informe remarca que el problema social más preocupante para esos uniformados (41,6%) es la desocupación.
En ese marco se requirió saber a los policías cuáles serían, a su juicio, las causas principales —se podían seleccionar hasta tres opciones— de lo que denominan “inseguridad urbana”. Para más del 60% de los encuestados la causa principal en Rosario es “la expansión del tráfico de drogas ilegales” mientras que cuatro de diez la explicaron a partir de la “escasa severidad de las leyes penales” y un 30% a “la falta de severidad de los jueces penales”. En tanto, quienes vincularon la inseguridad con la corrupción policial no son más que el 5%.
Los policías también fueron consultados acerca del aumento del delito en las ciudades donde trabajan. En Rosario un 95,2% respondió que sí y de ellos tres de cada cuatro sostuvo que fue “en gran medida” mientras que dos de cada diez señalaron que si bien hubo un crecimiento “no tiene la dimensión que se le da públicamente”. En tanto para un 4,8% de los policías los delitos no aumentaron en las localidades donde prestan servicios. También en este caso el informe compara las opiniones recabadas en toda la provincia y en la ciudad de Santa Fe, donde casi un 70% considera que el delito aumentó en gran medida.
¿Y por qué cree un policía que aumentaron los homicidios en las dos principales ciudades de la provincia? Ocho de cada diez agentes que trabajan en Rosario endilgaron esa cuestión al narcotráfico como principal motor y casi un tercio a la expansión del consumo de drogas ilegales. Más del 40% se lo achacó a la creciente circulación de armas de fuego y un tercio a la “escasa severidad” de las leyes y de la Justicia penal.
¿Qué delitos son considerados “más graves” por los policías? fue otra de las preguntas. Nueve de cada diez pusieron entre los primeros tres al abuso sexual, el homicidio y la venta de drogas. La misma pregunta se realizó respecto de la frecuencia con la que se topan con determinados delitos en sus labores cotidianas. Más del 60% consideró entre los más frecuentes la violencia de género, seguida por el consumo de drogas ilegales, el robo con violencia, el hurto, el homicidio y la venta de drogas. En cuanto al abuso sexual, considerado entre los delitos más graves, sólo uno de cada tres policías lo consideró frecuente.
Una de las preguntas más interesantes tiene que ver con cuáles serían las tres principales medidas que adoptarían para mejorar la problemática de la seguridad pública en la provincia. Casi el 60% abogó por penas o leyes más severas contra los delincuentes. La mitad se inclinó por promover un mejor funcionamiento del Poder Judicial, un 40% reclamó el cumplimiento de las leyes y un 38% propuso una mayor presencia policial en las calles. Otras medidas que no tienen que ver con lo punitivo como mejorar el presupuesto educativo fueron seleccionada por un casi un 30% de los consultados, mientras que un 22% se inclinó por reducir la desocupación como una medida fundamental para mejorar la seguridad.
En ese marco, uno de cada diez policías se mostró a favor de introducir la pena de muerte en la legislación argentina para mejorar la seguridad, cifra que se modifica ante la pregunta específica: ¿está a favor de la introducción de la pena de muerte? En este caso el 47,5% respondió que sí. Casi la mitad de ellos (24,7% del total) adujeron que eso ayudaría a disminuir los delitos y la otra mitad (22,8%) porque los delincuentes se lo merecen.
Entre quienes se manifestaron en contra de la pena de muerte, la mitad se fundamentó en cuestiones humanitarias. “La vida humana es sagrada”, respondió el 26,7% mientras que un 25,8% sostuvo que esa legislación no contribuiría a disminuir el delito. La Capital