El cuerpo de la bebé fue encontrado en el predio del ENTRE el 14 de agosto de 2021. La autopsia reveló que nació con vida y que había muerto por asfixia. La principal acusada es su madre, Yamila Cáceres, quien será juzgada próximamente por Homicidio Calificado. También está imputado el padre de la menor.
De la redacción de El Norte
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A mediados de agosto se cumplieron dos años del día en que un trabajador encontrara en la planta de residuos de la empresa ENTRE SRL el cuerpo sin vida de una beba que tendría entre 48 y 72 horas de nacida. El hallazgo se produjo el viernes 14 de agosto de 2021, mientras la sociedad estaba encerrada sufriendo los embates de la Pandemia de Covid.
Aunque la pequeña víctima presentaba un traumatismo de cráneo, la autopsia reveló que había muerto por asfixia. La investigación comenzó sin mayores datos, con mucha incertidumbre y sin ADN para cotejar pero un indicio dio la clave a los pesquisas para resolver el caso: la menor estaba envuelta en una prenda que distribuye, de manera gratuita, una iglesia y que llevaba impresa una frase distintiva. Hasta la sede de esa congregación evangélica llegaron las pesquisas y aunque no pudieron establecer la identidad de la persona a la que habían entregado la prenda, el hecho de que estuvieran muy cerca de individualizarla, hizo que la madre de la víctima se presentara ante la Justicia confesando haberla dado a luz y arrojado a la basura creyéndola muerta. La mujer fue inmediatamente detenida. El padre fue encontrado días después en la vía pública en zona de Villa Esperanza y aprehendido por la DDI.
A poco de haberse cumplido el segundo aniversario del macabro hallazgo la causa fue elevada a juicio y en los próximos días se conocerá la fecha del debate que tendrá como imputada principal a Yamila Cáceres por la comisión del delito de Homicidio calificado y al padre de la víctima quien también será juzgado por su vinculación con el hecho, al menos, por omisión.
El chaleco
La fiscal Belén Baños a cargo de la causa encontró entre los elementos de prueba hallados junto al cadáver de la beba un chaleco de color rojo con la frase “Cristo te ama”. La investigación sobre esta pista los condujo hasta un templo evangélico situado en calle Carlos Calvo al 1100, donde reconocieron el chaleco pero no pudieron determinar a quién había sido entregado. Ese mismo día Yamila Cáceres de 25 años se presentó ante las autoridades para reconocer que la beba fallecida era su hija. Manifestó que sabía que estaba embarazada pero que creyó estar de menos tiempo de gestación, que tuvo “dolores de panza”, que cuando fue al baño se produjo el parto y que la chiquita había nacido muerta, que por eso la arrojó a la basura. Contradiciendo esa declaración los resultados de la primera autopsia revelaron que la beba había nacido viva, a término y que había muerto por asfixia, en la compactadora de basura. Yamila Cáceres está acusada de haber arrojado viva a la basura a su beba poco después de nacer. Aún sin fecha para el debate, la acusada se encuentra a la espera del juicio en su casa, cumpliendo un arresto domiciliario que le fue otorgado por el Juzgado de Garantías, luego de permanecer varios meses en una cárcel de Junín. El padre de la beba, quien también está imputado, permanece en libertad porque el juez no hizo lugar al pedido de prisión preventiva efectuado por la parte acusadora. El hombre había sido sobreseído en un primer momento pero la fiscalía apeló la decisión, le fue revocado ese sobreseimiento y también será llevado a juicio. El Juez de Garantías había entendido que no estaba acreditada la participación del padre de la víctima en el hecho pero la fiscal sostuvo que habría responsabilidad por lo menos por “omisión” y tratará de probarlo en el juicio.
