Tras la devaluación de la moneda nacional, comerciantes pusieron a funcionar la maquinita remarcadora de precios. Productos de telefonía, línea blanca, artículos de óptica, joyería, indumentaria, iluminación. La mayor parte actualiza un 20% los precios. En algunos casos remarcan un 10% y, al mismo tiempo, aplican un recargo adicional a los pagos con tarjeta. En medio de un escenario de caída de ventas, hay fuerte temor por una parálisis más pronunciada en el comercio minorista.
De la redacción de EL NORTE
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Luego del sorpresivo resultado en las PASO 2023, el Banco Central llevó el tipo de cambio oficial a $365,50, convalidando una devaluación del 22% en la moneda nacional. Ni lerdos ni perezosos, comerciantes de distintos rubros aplicaban este lunes remarcaciones de hasta el 20%.
Propietarios y encargados de locales del microcentro de San Nicolás actualizaban precios al tiempo que manifestaban su preocupación por el impacto que tendrá el nuevo escenario en el movimiento de ventas. “Se está vendiendo poco. Este nuevo aumento es fatal para la gente y para nosotros”, confió la propietaria de un comercio dedicado a la venta de colchones y ropa blanca.
Comercios que venden productos de telefonía también aumentaron los precios. “Si no actualizamos los valores después no podremos reponer la mercadería”, afirmó la encargada de un local que comercializa fundas, proyectores y auriculares para teléfonos móviles.
Otros rubros con remarcaciones
En un conocido local de productos de iluminación, en tanto, explicaron que a los precios de vidriera “se le está sumando un 10 o un 15 por ciento”.
También el rubro indumentaria aplica remarcaciones. En algunos casos del 10 por ciento más un recargo adicional del 5% para los pagos con tarjeta de crédito. “Veníamos mal. Esto nos va a complicar mucho más”, advirtieron.
En joyería, óptica y perfumería también hubo actualizaciones de precios. Según cada caso, el aumento va del 10 al 20 por ciento. Y se espera que en las próximas horas los incrementos se trasladen a los supermercados. De hecho, la empleada de un conocido almacén de productos naturales se encontraba, maquinita en mano, sellando los nuevos precios en cada producto.
En todos los casos, los comerciantes abren el paraguas por la posibilidad de que los proveedores frenen el abastecimiento. El argumento es que ´no hay precio´, y que por esa razón no pueden bajar mercadería, explican.
Con ssalarios retrasados y aumento de precios, anticipan que habrá una baja del consumo en indumentaria y calzado y artefactos para el hogar, principalmente.