El 15 de julio de 2010 se sancionó en Argentina la ley de Matrimonio Igualitario y nuestro país se convirtió, así, en el primer Estado de América Latina y el décimo en el mundo en contar con un marco legal que ampara la unión entre personas del mismo sexo, un hecho que significó un enorme avance en materia de derechos humanos.
Además, fue el impulso para que, dos años más tarde, se sancionara la Ley 26.743, mejor conocida como la Ley de Identidad de Género (2012), y al año siguiente la Ley 26.862 de Reproducción Médicamente Asistida (2013).
Qué cambió para la Comunidad LGBTQ+
Derecho a la adopción conjunta
Las familias homoparentales no tenían, hasta ese momento, la posibilidad de adoptar de manera conjunta y compartiendo la patria potestad del niño/a. No es un dato menor considerando que, entre 2010 y 2020, solo en la Ciudad de Buenos Aires se registraron 4950 matrimonios igualitarios, 3.222 uniones entre dos varones y 1728 uniones entre dos mujeres.
Acceso a la cobertura de salud del cónyuge
Así como las leyes previas aceptaban la posibilidad de unificar o compartir los aportes para contar con un acceso a la obra social del cónyuge en los matrimonios heterosexuales, se sumó este derecho a las parejas del mismo género.
La protección de la vivienda y los bienes patrimoniales conjuntos
Tras la sanción de la Ley 22.618, las familias pudieron garantizar la protección de la vivienda como un bien de familia, el derecho a la herencia de sus descendientes y la propiedad de los bienes compartidos.
El derecho a la pensión por fallecimiento de alguno de los cónyuges
Antes del 2010, en la Argentina quienes enviudaban no contaban con la posibilidad de ser reconocidos legalmente como cónyuges de la persona fallecida y no podían exigir la pensión por viudez luego de la construcción de una vida conjunta.