La Argentina registra la menor siembra triguera de los últimos ocho años como consecuencia de la escasez de lluvias, y se estima que en esta campaña se podrán producir unas 15,6 millones de toneladas de ese cereal.
Respecto del área triguera que se estimaba en junio, de 5,6 millones de hectáreas, se han descontado 200.000 hectáreas este mes por falta de agua, de acuerdo con un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario.
Sin embargo, la entidad empresaria destacó que, hacia los próximos meses, “se afirma un escenario de normalidad y un horizonte productivo prometedor para el cereal argentino” para 2023/2024.
La Bolsa rosarina recordó que hace apenas dos meses el trigo mostraba un escenario de siembra casi tan seco como en 2009, lo que hacía dudar sobre el resultado productivo, temiéndose una repetición de 2022.
En ese sentido, comentó que si bien no llovió como se esperaba durante el otoño, las importantes lluvias de finales de mayo, con montos que casi duplican lo que suele dejar todo julio, “dejan atrás el escenario de fuerte escasez de 2022”.
Lluvias recientes dieron una nueva oportunidad de siembra a diversas zonas de La Pampa y Buenos Aires, pero llegaron tarde para Córdoba; por eso, con casi el 80% sembrado, se estima que el área de trigo llegaría a cubrir 5,4 millones de hectáreas, de acuerdo con el informe.
Ese reporte indicó también que después de un junio casi sin lluvias de importancia y con pronósticos que fallaron sistemáticamente, finalmente esta lloviendo de manera abundante durante julio, en especial en la zona triguera de las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
“Estas lluvias mejorarán la condición del cultivo implantado en la Argentina y alientan a reforzar los planes de fertilización” en toda la región productiva, resaltó la Bolsa de Rosario.