Los especialistas destacan que una ventaja de trabajar con una red neuronal artificial es que la pueden desarmar para estudiarla hasta en el más mínimo detalle.
Un equipo de científicas y científicos de la UBA está entrenando una Inteligencia Artificial para que analice imágenes de resonancias magnéticas. Así podrán reconocer el inicio de patologías mentales como la demencia y el Alzheimer, informaron desde la casa de estudios.
“Cuando se le hace una resonancia magnética al cerebro de una persona, lo que vemos son píxeles o vóxeles de colores, que son pedacitos del cerebro que se iluminan o no se iluminan en función de lo que está pasando en esa zona del cerebro. Si lo que se ilumina es normal o no, es difícil de identificar incluso para los especialistas. Entonces, la IA toma las imágenes, las codifica, y devuelve índices que podrían permitir asociarlos a patologías, como por ejemplo Alzheimer, bipolaridad, ACV o epilepsia”, explicó el investigador y profesor Diego Fernández Slezak.
Según informó la UBA en un comunicado, el trabajo que está haciendo Fernández Slezak y sus colegas del Instituto de Ciencias de la Computación consiste en identificar un patrón en las imágenes de resonancias magnéticas del cerebro que le permita a una inteligencia artificial identificar el Alzheimer de forma temprana.
“Ahora estamos trabajando con imágenes y cómo codificar, con resonancias magnéticas del cerebro, atributos que lleven al Alzheimer”, indicó el especialista. Y agregó que “es una enfermedad muy bien caracterizada, y que está en constante estudio. Actualmente existen muy buenos tratamientos para retrasar los efectos que afectan la calidad de vida, así es que detectarlo a tiempo es algo vital”.
La investigación se realiza en colaboración con el hospital Fleni, que aporta las resonancias magnéticas con las que se le está enseñando a la IA. “Se inicia con lo que se conoce como queja subjetiva de un paciente, es decir, alguien que tiene olvidos, o se confunde los nombres”.
De esta forma, los especialistas realizan al paciente una serie de estudios, para saber si esa queja subjetiva efectivamente se corresponde con un problema cerebral real.
Podría ser el inicio de una demencia que podría degenerar en Alzheimer. O tal vez una afasia, u otra patología cerebral, de acuerdo a lo informado por la UBA.
“Una ventaja de trabajar con una red neuronal artificial es que la podemos desarmar y disecar como queramos, para estudiarla hasta en el más mínimo detalle. Los que hacemos Inteligencia Artificial desde la neurociencia, buscamos que lo artificial nos permita aprender sobre la estructura del cerebro humano, y al revés. Cómo están codificadas las cosas, es un ida y vuelta”, explicó Fernandez Slezak.