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sábado, octubre 19, 2024
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Una de cada cinco niñas y mujeres en el mundo no tienen acceso a productos menstruales

EL DOMINGO ES EL DÍA INTERNACIONAL DE LA HIGIENE MENSTRUAL

La menstruación sigue siendo un tema tabú y representa un factor más de la desigualdad de género. En Argentina, más de 12 millones de personas menstrúan, esto incluye: niñas, adolescentes, mujeres, personas trans y no binarias. En nuestro país el costo de menstruar según la campaña #MenstruAcción y EcoFeminita es de 10.915 pesos por persona por año en toallitas o 12.146 en el caso de uso de tampones.

De la Redacción de EL NORTE
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La ONG Plan International advierte que una de cada cinco niñas y mujeres en todo el mundo no tienen acceso a productos menstruales ni instalaciones sanitarias adecuadas, con motivo del Día Internacional de la Higiene y Salud Menstrual, que se celebra el próximo 28 de mayo. La menstruación sigue siendo “un tema tabú” hasta el punto de que en muchas comunidades las mujeres tienen prohibido visitar lugares de culto, comer ciertos alimentos o cocinar si se está menstruando. Tampoco pueden bañarse, hacer tareas del hogar o interactuar con niños y hombres.

Además, la organización advierte que, para millones de niñas y mujeres en el mundo, la menstruación sigue siendo “un tema tabú” hasta el punto de que en muchas comunidades las mujeres tienen prohibido visitar lugares de culto, comer ciertos alimentos o cocinar si se está menstruando. Tampoco pueden bañarse, hacer tareas del hogar o interactuar con niños y hombres.

SIN ACCESO A LA EDUCACIÓN

Según la investigación ‘A Bloody Serious Matter’ de Plan International, en Uganda e Indonesia la mitad de las adolescentes no van a la escuela cuando están menstruando, perdiendo hasta 24 días de escuela al año. Las razones varían: hay niñas a las que no se les permite salir de casa, los colegios no tienen lugares limpios ni privados donde puedan cambiarse y la mayoría, no tienen productos sanitarios.

Además, la ONG advierte de que muchas de ellas se ven obligadas a utilizar productos antihigiénicos como periódicos viejos, trapos, tierra, arena u hojas, algo que les puede provocar graves infecciones, según advierte Plan International. A esto se suma que en los países de bajos ingresos, los productos sanitarios se consideran “artículos de lujo”. Por ejemplo, en El Salvador, un paquete de 10 compresas cuesta casi 3 euros, lo mismo que un kilo de arroz.

SIN ENTORNOS SEGUROS

La ONG también avisa de que estos retos se multiplican durante las emergencias, ya que el acceso a productos sanitarios e instalaciones de aseo se vuelve aún más limitado. Así, Plan International pone el ejemplo de Haití, donde el hambre generalizada y la escalada de la violencia de las bandas están teniendo “efectos devastadores en las niñas, que a menudo se enfrentan a peligrosos desplazamientos para acceder a agua limpia para controlar sus periodos”. Si bien, la organización precisa que la menstruación no solo limita a niñas y mujeres de países de bajos recursos pues advierte de que en los Países Bajos, Bélgica y el Reino Unido, entre otros, hay bastantes niñas y mujeres que no pueden permitirse los productos menstruales que necesitan y, además, no experimentan un entorno seguro para hablar de su menstruación.

En este contexto, la ONG lleva años facilitando información a niñas, mujeres y comunidades; proveyendo de acceso a instalaciones sanitarias adaptadas en escuelas y comunidades; formando a niñas y mujeres para que fabriquen compresas en aquellos lugares donde no se pueden conseguir y repartiendo kits menstruales en contextos de emergencia.

EN ARGENTINA, MÁS DE 12 MILLONES

En Argentina, más de 12 millones de personas menstrúan, esto incluye: niñas, adolescentes, mujeres, personas trans y no binarias. Según plantean Unicef y la OMS, una gestión de higiene menstrual saludable y digna se da cuando las personas poseen acceso a información sobre la menstruación y la higiene, a productos de gestión menstrual (como toallitas, tampones o copa menstrual) y a instalaciones sanitarias adecuadas.

Pero la realidad es muy distinta y, en su lugar, la menstruación representa un factor más de la desigualdad de género. En los contextos de menores recursos económicos, existe la “pobreza menstrual” o “de período”, que refiere a la imposibilidad de comprar productos como tampones, toallitas o copas menstruales. Amnistía Internacional, comparte la estadística una de cada cinco niñas en el mundo sufren la pobreza de período.

En nuestro país el costo de menstruar según la campaña #MenstruAcción y EcoFeminita es de 10.915 pesos por persona por año en toallitas o 12.146 en el caso de uso de tampones.

Además, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, las mujeres enfrentan condiciones de desigualdad estructurales en su inserción económica ya que ganan un 28% menos en promedio que los varones, tienen trabajos más precarios y presentan mayores tasas de desempleo.

12% DE LAS MUJERES EN AMÉRICA LATINA

De acuerdo con un informe de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), aproximadamente el 30% de las escuelas en la región no cuentan con servicios básicos de agua y saneamiento, lo que dificulta aún más el acceso a una higiene menstrual adecuada.

La falta de acceso a productos menstruales también es un problema frecuente en la región. Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), aproximadamente el 12% de las mujeres en América Latina no pueden permitirse adquirir productos de higiene menstrual. Esto lleva a situaciones difíciles donde muchas mujeres y niñas tienen que improvisar con materiales inadecuados, como trapos o papel, lo que vulnera su dignidad, aumenta el riesgo de infecciones y problemas de salud.

El estigma en torno a la menstruación también tiene consecuencias en el ámbito educativo y laboral. Muchas niñas faltan a la escuela durante su periodo menstrual debido a la falta de acceso a productos de higiene o instalaciones adecuadas. UNICEF estima que en algunos países de América Latina las niñas pueden perder hasta el 20% del año escolar debido a la menstruación.

El Día de la Salud Menstrual es reconocido cada 28 de mayo el mundo y fue lanzado por activistas en 2014 para resaltar la importancia de la educación sobre el manejo de la salud menstrual y empoderar a todas las personas menstruantes para participar plenamente en la sociedad y vivir una vida saludable y autodeterminada.

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