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miércoles, octubre 23, 2024
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Al Congreso, contra la violencia ginecobstétrica y neonatal

MÁS DE 40 ORGANIZACIONES SE MOVILIZARÁN EL PRÓXIMO MIÉRCOLES 17

“Te violentan en el proceso del aborto y también te violentan en el proceso del parto. Porque lo que importa no es el proceso, lo que importa es el lugar que la mujer -o que la persona con capacidad de gestar- ocupa dentro del sistema de salud. Esto tiene raíces culturales muy profundas: ver a la mujer como un objeto, no tratarnos como un sujeto de derecho que tiene autonomía y capacidad de decidir sobre sus procesos”, definió Luján Arcidiacono, coordinadora de la Campaña “Mi Parto, Mi Decisión”. ILUSTRACIÓN WEB.

De la Redacción de EL NORTE
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En el marco de la Semana Mundial del Parto Respetado -que comienza el 16 y se extiende hasta el 22 de mayo- se aproxima una marcha nacional sin precedente. Desde la Campaña Nacional “Mi Parto, Mi Decisión” convocan a movilizar el miércoles 17 de mayo al Congreso Nacional contra la Violencia Ginecobstétrica y Neonatal junto a más de 40 organizaciones.

Ese día, una #MareaRoja va a salir a las calles, la consigna es llevar una prenda de ese color.

A lo largo de la historia, las mujeres y cuerpos gestantes atravesaron -y atraviesan- su vida reproductiva bajo una lógica patriarcal; esto hizo que las instituciones funcionen hasta hoy ejerciendo diferentes tipos de violencia. Esta estructura moldeó al sistema de salud sin perspectiva de género y, a pesar del avance en materia legal en Argentina, persiste una ausencia en materia de Derechos Humanos.

Según la Ley de Violencia contra la Mujer (N° 26.485), violencia obstétrica es “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad con la Ley 25.929”.

Sin embargo, desde la campaña plantean la necesidad de ampliar esta definición.

ABORDAJE SOBRE NUESTROS CUERPOS

En una entrevista realizada por ´Nota al Pie´, la coordinadora de la Campaña “Mi Parto, Mi Decisión”, Luján Arcidiacono hizo hincapié en el concepto de “violencia ginecobstétrica”. “Nosotras entendemos que no es solamente en el embarazo, parto y puerperio la violencia del sistema de salud por cuestiones de género”, dijo e identificó las faltas del sistema de salud: “El abordaje que hay sobre nuestros cuerpos; la forma de intervenir los cuerpos; la forma de manejar la fisiología de la ciclicidad femenina muchas veces, también el abordaje en los tratamientos ginecológicos y el abordaje también en los procesos, por ejemplo de IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo) e ILE (Interrupción Legal del Embarazo)”.

“Te violentan en el proceso del aborto y también te violentan en el proceso del parto. Porque lo que importa no es el proceso, lo que importa es el lugar que la mujer -o que la persona con capacidad de gestar- ocupa dentro del sistema de salud. Esto tiene raíces culturales muy profundas: ver a la mujer como un objeto, no tratarnos como un sujeto de derecho que tiene autonomía y capacidad de decidir sobre sus procesos”, expresó. Estos motivos refuerzan la necesidad de una Educación Sexual Integral (ESI) en todas las edades.

DESDE LA ADOLESCENCIA

Otra de las claves para entender la lucha de la campaña contra la violencia ginecobstétrica es el tratamiento a los cuerpos de las mujeres y cuerpos gestantes. Desde una edad muy temprana, las mujeres acuden al sistema de salud para controlar su salud sexual y reproductiva. “El varón no tiene ecografías anuales de sus testículos, ni una revisión de su próstata desde la adolescencia”, apuntó.

A su vez, explicó que ese mismo abordaje que se tiene sobre el cuerpo femenino es la causa de vivir con una amenaza latente. Por ejemplo, el hecho de comenzar tratamientos hormonales para regular ciclos menstruales en la adolescencia es el comienzo del recorrido clínico que acompaña la vida de la mujer. “Cuando nosotras llegamos a la escena del embarazo en realidad, esto empezó cuando éramos adolescentes. Lo que empezamos es a desconfiar de nosotras mismas, desconfiamos de nuestros propios procesos. Como si siempre hubiese un riesgo permanente y latente de algo que tenemos que atender a tiempo, o algo que no está funcionando bien y que tiene que ser corregido”, manifestó.

VIOLÉNCIA DE GÉNERO

Desde la Campaña señalan que la violencia ginecobstétrica es violencia de género porque:

– El 90% de las mujeres y personas gestantes sufren algún tipo de violencia obstétrica a la hora de parir.

– Porque nos violan cuando parimos.

– Porque hay que cambiar la forma en la que nuestros hijos e hijas están llegando al mundo y parar con la violencia neonatal.

– Porque si no pariste, lo más probable es que hayas sido violentado o violentada cuando naciste.

– Porque nos violentan también en la consulta ginecológica.

– Porque las paternidades también se ven violentadas a la hora de parir.

– Porque una emergencia obstétrica no es delito.

CRIMINALIZACIÓN DE LAS EMERGENCIAS

La movilización también tiene como objetivo visibilizar la problemática de las emergencias obstétricas: una situación inesperada que se puede dar en cualquier momento de una gestación. En Argentina hay más de 1500 personas gestantes presas por haber tenido una emergencia obstétrica. “Hay peligro inminente y puede tener un desenlace trágico. Las personas que sufrieron una emergencia obstétrica suelen ser acusadas de homicidio y se las criminaliza. Ante esto los médicos violan el secreto médico profesional y las denuncian, las maltratan, les practican legrados sin anestesia, no les permiten estar acompañadas y en muchos casos las esposan a la cama. Desde la campaña apoyamos la lucha de Juana, es una joven que sufrió emergencia obstétrica y está siendo criminalizada. La violencia ginecobstétrica también la sufren quienes pasan por estas situaciones trágicas”, detallan.

Las organizaciones que convocan a la marcha del 17M, invitan a la sociedad en su conjunto a llevar una flor roja. “Cada flor representa un hecho de violencia ginecobstétrica, que hemos sufrido a lo largo de nuestra vida”, manifestó Arcidiacono. La intervención de las flores rojas no sólo tiene como objetivo visibilizar sino también cicatrizar. Puede haber sido un parto, una consulta ginecológica o un aborto voluntario o espontáneo, pero esa experiencia traumática es “en donde se nos interviene el cuerpo sin consentimiento y sin explicación”.

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