En la última audiencia oficial entre Walmart y Camioneros, el sindicalista insistió en aplicar la llamada “Ley Moyano”: echar, indemnizar y volver a contratar a 500 trabajadores, exigencia que Walmart considera ilegal.
Fracasaron las negociaciones entre Walmart y el Sindicato de Camioneros y peligran 10.000 puestos de trabajo por la intransigencia de Pablo Moyano, el líder del sindicato que comandó por décadas su padre Hugo Moyano.
Este mediodía tuvo lugar la última audiencia entre ambas partes en el Ministerio de Trabajo, pero no hubo avances para llegar a un acuerdo ante el reclamo sindical de echar, indemnizar y volver a contratar a unos 500 empleados del centro de distribución en Cuartel V, Moreno (provincia de Buenos Aires). Una exigencia que se conoce como “Ley Moyano”, un planteo insostenible desde el punto de vista legal y que es el eje de numerosos reclamos del gremio desde hace más de 20 años.
Ilegítimo
La cadena definió la exigencia sindical como “una práctica ilegítima, no prevista por ningún marco legal vigente, ni con la forma en que desarrollamos nuestra actividad en el país”.
En un contexto muy complicado en el que el gremio trabaja a reglamento, bloquea la llegada de camiones a las sucursales (dejan pasar solo al 10%) y presiona a camioneros para que no lleven productos a la cadena, generando faltantes y desabastecimiento en muchos casos. Infobae pudo saber que el presidente Alberto Fernández sigue con mucha preocupación el tema.
Inversiones
Lo hace por la dimensión del conflicto en sí mismo, pero además por el precedente más que negativo que genera para las ya magras inversiones que recibe el país en un escenario en el que muchas multinacionales decidieron levantar operaciones e irse. Sin ir más lejos, un ejemplo es la propia la cadena estadounidense Walmart, que a fines del año pasado vendió sus activos locales al Grupo De Narváez.
Durante la negociación de ayer, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, quien resolvió la conciliación obligatoria el 25 de marzo pasado, le expresó a Camioneros que sus exigencias no son legales. En la reunión, Hugo Moyano se mostró más conciliador, pero su hijo se retiró de la mesa y Francisco De Narváez dio por terminadas las conversaciones.