A pesar de no existir denuncia, fiscalía inició una investigación que permita determinar si la niña de 13 años que dio a luz en su hogar fue víctima de abuso. La menor tiene novio, aseguraron familiares. ¿Cómo es el mecanismo de Prodenya que se activa en casos similares?
De la redacción de EL NORTE
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Una menor de 13 años dio a luz en su casa. El parto tuvo lugar en la mañana del miércoles. La niña junto a su bebé debieron ser trasladados de urgencia por un móvil policial al Hospital San Felipe donde se comprobó que ambas se encontraban en buen estado de salud. Desde Prodenya informaron cual es el mecanismo que se activa en casos similares.
El nacimiento se produjo de manera sorpresiva en la vivienda donde reside la menor de 13 años junto a su familia. Una vez realizados los primeros auxilios en el Hospital San Felipe se pudo establecer que ambas se encontraban en buen estado de salud.
Por tratarse de una niña se encendieron las luces de alarma ante la posibilidad de que hubiese existido algún tipo de delito sexual. Desde la fiscalía, con la reserva propia de estos casos, solamente confirmaron la existencia de una investigación, sin brindar mayores detalles.
Familiares de la menor en diálogo con EL NORTE manifestaron que la joven se encuentra bien al igual que su beba y que, si bien el parto fue de apuro, no los tomó de sorpresa ya que la familia conocía el embarazo de la menor. Relataron que la chica tiene novio, va a la escuela y se le efectuaron todos los controles correspondientes.
Para iniciar una investigación judicial en este tipo de casos no es necesaria la denuncia de la familia. Actúan los organismos de oficio.
Prodenya
Pablo Correa, Coordinador de Prodenya, explicó que “cuando, en líneas generales, hay una situación de vulneración de derechos o incluso sospechas de que así sea cualquier institución de la ciudad rápidamente nos da aviso, sea el Hospital, las escuelas o cualquier otra. En casos similares a este existe la posibilidad de que haya detrás un delito sexual. Pero cabe aclarar que no todo embarazo adolescente es producto de abuso”, dijo.
“Lo primero que hace la institución en estas situaciones es evaluar esa posibilidad y si hay situación de riesgo para el menor o no. En general tenemos en cuenta para esto si se sabe quién es el padre. Y si hay sospechas de que el agresor pueda ser un adulto conviviente. Mientras la fiscalía investiga, algo que se hace en todos los casos, se toman medidas de protección como la exclusión de la vivienda de la persona en principios sospechada o el alejamiento del menor del núcleo presuntamente dañoso hasta tanto se investigue”, explicó el Coordinador del organismo. “Tenemos que tener presente que no todo embarazo adolescente es producto de un delito. De todas formas, ante las dificultades que trae para las jóvenes madres tomamos intervención desde lo social para dar acompañamiento. Venimos trabajando desde hace tiempo en el servicio de Protección, promoción de derechos y la prevención no solo del embarazo adolescente sino también de las enfermedades de transmisión sexual para ello vamos a las escuelas promovemos talleres de ESI, Educación sexual integral. Estos talleres son muy útiles, no solo desde lo educativo sino que nos han dado indicadores de abusos que no habían sido detectados antes “, explicó Correa.
“No se considera delito cuando hay consentimiento y la pareja del adolescente tiene una edad acorde. En ese caso no hay abuso. El abuso sexual requiere una diferencia etaria determinada o que marque poder de uno sobre el otro, sea desde la fuerza física o desde la manipulación afectiva o intelectual. Y que, aunque el menor se enamore del adulto, éste lo aproveche teniendo elementos cognitivos de maduración diferente que le dan supremacía. Si hay edad acorde hay paridad, no dominio de uno sobre el otro. De todas maneras se hace un acompañamiento desde lo social, se trabaja con el menor y con la familia”, manifestó Correa. Respecto del caso de la menor que dio a luz explico que “intervinieron previamente al parto. Hubo acompañamiento desde la escuela y desde el hospital. La adolescente estaba escolarizada y como no había sospecha de delito empezamos a intervenir después del parto para brindar asistencia social”.
