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miércoles, octubre 23, 2024
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Edición N°

VISTIENDO DERECHOS

LA MODA COMO ALIADA EN LA LUCHA FEMINISTA

Los debates y las problemáticas socioculturales se manifiestan –necesariamente– en el arte y en la indumentaria. Ciertas prendas o accesorios transgreden los códigos impuestos y visibilizan las luchas.

Ilustración Web

Judith Coronel
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A lo largo de la historia, las sociedades –y los gobiernos– de todo el mundo han intentado restringir los derechos y libertades de las mujeres y disidencias. Esto se refleja en los cánones de belleza impuestos, acorde a los valores y costumbres de la época. El adoctrinamiento siempre recae en el género femenino.

Durante décadas se intentó ocultar no solo la lucha por los derechos, sino todo aquello relacionado con las mujeres, invisibilizando así cuestiones que hoy están latentes y vigentes, como la violencia de género, el denominado “techo de cristal”, la diferencia salarial por cuestiones de género, entre otras problemáticas.

En la actualidad, la sociedad atraviesa un cambio de paradigma encabezado por la lucha feminista. Esto se cristaliza en diferentes ámbitos, no solo en las calles, sino a través del arte y el diseño, elementos culturales indispensables que hacen a nuestra sociedad.

Por esta razón, la moda muchas veces se convierte en la vía de protesta. Como es el caso de las mujeres iraníes, quienes se han despojado de sus velos desde la muerte de una joven kurda de 22 años bajo custodia de la policía de “moralidad” de dicho país. Mahsa Amini había sido detenida por supuestamente violar la norma del hiyab.

Web.

Aun así, las mujeres siguen apareciendo sin velo en lugares públicos, como restaurantes, centros comerciales y calles de todo el país, arriesgándose a ser detenidas por desafiar el código de vestimenta obligatorio. Los videos de mujeres sin velo resistiendo a la policía de la moralidad han inundado las redes sociales.

EL PAÑUELO COMO SÍMBOLO

En la muñeca, en el pelo, atado en la mochila, en el cuello, como cubrebocas, en todas sus presentaciones y en todas las marchas podemos observar que el pañuelo es el principal símbolo del feminismo moderno.

En Argentina y toda Latinoamérica, inevitablemente marcadas por las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo –las primeras en utilizarlo como bandera de protesta–, esta prenda de vestir es el hilo conductor que reúne y organiza a las mujeres y disidencias en las calles.

En 2018, el periódico The New York Times ilustró una de sus portadas con una fotografía de mujeres que formaban un triángulo con sus manos. Juntando los dedos pulgar e índice de ambas manos, representa el útero de las mujeres como símbolo de la libertad del género.

No es casualidad que el pañuelo acompañe en las marchas. Ya sea blanco, verde, rosa o violeta, la causa a la que apunta es la misma: feminismo, en todas sus variantes y puntos de vista.

ROMPER LAS REGLAS

La idea de transgredir los códigos supuestos e impuestos para cada género siempre fue el camino de reivindicación que apunta a desarmar los estereotipos impuestos.

A principios del siglo pasado, el Movimiento por el Sufragio Femenino alrededor del mundo dejó de lado los vestidos pomposos y corsés –un legado de la época victoriana– para reemplazarlos por prendas más holgadas como las faldas anchas y trajes a medida, dando paso así a una nueva era.

La llegada de la minifalda fue otro hecho disruptivo. Si bien ha estado presente en nuestra sociedad desde el antiguo Egipto, no fue hasta 1960 que esta prenda empezó a ser comercializada gracias a la diseñadora inglesa Mary Quant. Esta pieza de vestimenta generó malestar en la sociedad, siendo rechazada por reconocidos diseñadores como Christian Dior y Coco Chanel, quienes en su momento la calificaron como algo “simplemente horrible”.

La minifalda no solo generaba polémica por ser considerada provocativa, sino porque se convirtió en un arma de activismo político de las generaciones más jóvenes de la época, simbolizaba la liberación en todos sus sentidos.

Web. Activistas en Estados Unidos 1970

VIOLETA, PÚRPURA, MORADO

Los matices de las prendas tampoco son al azar, el hecho de que el color violeta represente al movimiento feminista no es una casualidad. Si bien existen diferentes explicaciones, Emmeline Pethick-Lawrence, activista y editora de la revista ‘Votes for Women’ de Reino Unido, explicó que el color morado “simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho a voto, así como la conciencia de libertad y dignidad”.

​Desde la visión histórica, a lo largo de los años, y durante todo el siglo XX, la representante rusa Aleksandra Kolontái o las socialistas de la década del 70, dejaron de lado el rojo (que identificaba a su ideología política) para utilizar el violeta y diferenciar así su actividad política de la lucha específica por los derechos de la mujer.

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