“Necesitamos un presupuesto para reparar la puerta de atrás que está chocada”, le dijeron un hombre y una mujer joven a inicios de la tarde del lunes al hijo de Carlos Argüelles. Este replicó que el padre no estaba pero que más tarde llegaría. A las 16.52 volvieron en el mismo VW Fox rojo con vidrios polarizados. Se bajaron esta vez tres personas, dos jóvenes y una mujer. Repitieron el pedido de presupuesto y recibieron respuesta. Cuando se retiraban uno de los tres sacó una pistola plateada y disparó contra el mecánico. Le acertó dos balazos en la cabeza y uno en el abdomen. Dos horas después Argüelles murió.
El fiscal Luis Schiappa Pietra, de la Agencia de Criminalidad Organizada, señaló que las tres personas que se bajaron del vehículo a pedirles el presupuesto por el supuesto arreglo eran Maximiliano Oscar M. (28 años), Lautaro A. (19 años) y Aldana P. (27 años).
Pero el fiscal asegura que quien efectuó los disparos, de acuerdo a los testigos del hecho, es Lautaro A, un chico que no tiene DNI, nunca fue a la escuela y no sabe leer ni escribir. Cuando le preguntaron su fecha de nacimiento dijo no conocerla. En la constancia de ocupación figura la palabra desempleado.
Tras efectuar los balazos los tres subieron rápidamente al VW Fox rojo y huyeron por Garay al oeste y doblaron por San Nicolás hacia el norte. Posteriormente los cuatro fueron frenados por la policía en el pasaje Villar y Chacabuco ya en la zona de Tablada. Eran las 17.15 y habían pasado veinte minutos del asesinato. En el auto había cuatro ocupantes: los tres mencionados más arriba y Rodrigo Santiago V. (44 años).
Por lo pronto, y de acuerdo a la información que tiene en su poder la Justicia, ni Lautaro A. (el presunto autor material del crimen) ni ninguno de los otros tres partícipes en el crimen tiene antecedentes penales de importancia, más allá de que todos hayan visitado alguna vez la cárcel, por algún caso de robos y tenencia de armas.
¿Cómo llegó la policía tan rápidamente a los que ahora fueron acusados? Porque hubo un llamado inmediato al 911 dando cuenta del ataque a balazos contra Argüelles, en donde se describió el auto en el que acababan de huir los autores, la marca, el color y el detalle de los vidrios polarizados. Una emisión radial hacia los móviles que estaban patrullando en todas las cuadrículas de la ciudad permitió que a unas 40 cuadras de allí el VW Fox rojo fuera detectado con los cuatro ocupantes arriba. Luego el reconocimiento de los autores fue indudable para los testigos que en el taller vieron la ejecución.
Consultado sobre si el crimen de Argüelles habría sido por encargo de Esteban Alvarado, el fiscal Schiappa Pietra sostuvo: “Sospechamos que el caso viene por ese lado. Hay evidencia que se colectó en ese sentido. La mujer que se detuvo en el hecho (Aldana P.) tiene vinculación con personas que están presas en el mismo pabellón con gente del grupo de Alvarado. Y a su vez hace un tiempo había sido detenido, en un hecho menor, relacionado con un proceso de tránsito, con una persona que anteriormente había sido partícipe de otro atentado a Argüelles, esas son dos evidencias que la vinculan”.
También admitió que si bien la mujer dio positivo en el dermotest que les hicieron a los cuatro, esa evidencia tiene valor relativo. De acuerdo a la versión de los testigos presenciales, el autor de los disparos fue otra persona.
Por su parte, el fiscal Matías Edery expresó preocupación porque este no es un hecho aislado, ya que es la octava persona involucrada en la causa contra Esteban Alvarado que sufrió atentados contra su vida o les dispararon a sus viviendas.
En ese sentido, recordó el crimen de Nicolás Ocampo y el intento de homicidio de Rodrigo Ortigala y diversos hechos de armas de fuego contra muchos de ellos que están involucrados en la causa contra Alvarado.