Tres hombres y una mujer fueron detenidos y se investigaba si participaron en el ataque a tiros concretado en un cantobar de la ciudad de Rosario, con el saldo de dos muertos, entre ellos un policía, mientras que otras tres personas resultaron heridas.
Por el momento, los detenidos, que serán indagados mañana en una audiencia imputativa, están acusados de la sustracción del arma del policía asesinado, mientras se intentaba establecer su participación en el violento incidente.
Los sospechosos se encontraban a disposición del fiscal Alejandro Ferlazzzo, a cargo de la Unidad de Homicidios Dolosos.
Según se supo, el arma del policía asesinado, una pistola Bersa calibre 9 milímetros, fue encontrada en la casa de la mujer detenida, situada en Shweitzer al 8300.
En esa finca también se secuestró otra arma similar de marca Taurus, más de un centenar de dosis de marihuana, cocaína en dos trozos y una importante cantidad de proyectiles de calibre 9 milímetros.
Los otros tres sospechosos fueron detenidos en una vivienda situada en Tarragona al 1600 bis, donde se secuestraron cinco teléfonos celulares.
“La línea de investigación más concreta que explicaría la balacera tiene que ver con una disputa de territorio entre bandas delictivas”, sostuvo un vocero ligado a la investigación citada por el portal del diario La Capital de Rosario.
El brutal ataque ocurrió el sábado por la madrugada frente al “Club de Taquito”, un salón de Juan B. Justo al 8400, en el barrio Fisherton Norte, que durante el día funciona como un centro de deportes con una canchita de fútbol 5 en su parte trasera y que los fines de semana, desde hace algunos meses, abría por las noches como local bailable y cantobar.
En el lugar se produjo un violento ataque a balazos que terminó con la muerte el suboficial de policía Ricardo Héctor Medini, de 40 años y que cumplía servicios de seguridad adicional en el lugar, y Sergio Adrián Jones, de 28 años y sobrino del dueño del establecimiento.
En el mismo ataque resultaron heridos la policía jubilada Silvana Graciela C., de 52 años, quien también estaba como custodia del lugar; Federico Matías G., de 28 años, y José Martín U. de 58 años y propietario del negocio, además de otras dos personas.