Argentina atraviesa la cuarta ola de calor desde que comenzó el verano. Preocupación en el sector científico porque el fenómeno se ha vuelto más frecuente y severo en las últimas décadas.
Durante la última semana y hasta el domingo 12 de febrero inclusive, varias provincias atravesaron una nueva ola de calor, con altas temperaturas que oscilaron entre los 32 °C y los 40 °C, aunque en algunas zonas llegó a ser mayor, según información del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Se trata de la cuarta ola de calor que atraviesa la Argentina desde el comienzo del verano.
Qué es una ola de calor
Una ola de calor se define como un período en el cual las temperaturas máximas y mínimas igualan o superan, por lo menos durante 3 días consecutivos y en forma simultánea, ciertos umbrales que dependen de cada localidad, según explica el SMN.
Los umbrales para determinar la ocurrencia de una ola de calor se establecen en base al denominado Percentil 90 (P90). Este número, que resulta de la estadística de cada localidad, representa el umbral sobre el cual se considera que una temperatura es extrema.
El SMN, a través del sistema de alertas tempranas por olas de calor y salud, busca anticipar a la población, con la mayor antelación posible, situaciones meteorológicas extremas y sus posibles efectos en la salud.
Diferentes trabajos han demostrado que durante las olas de calor, con sus noches de altas temperaturas, aumenta la morbilidad, es decir, los ingresos hospitalarios, y se incrementa la mortalidad, especialmente de personas de edad avanzada o con enfermedades crónicas.
El cambio climático
Una de las consecuencias del cambio climático es el incremento de la ocurrencia, intensidad y duración de eventos climáticos extremos, entre los cuales se encuentran las olas de calor. Los modelos climáticos anuncian con un muy alto nivel de confianza la continuación del calentamiento en las próximas décadas y, con él, la ocurrencia de olas de calor más frecuentes, intensas y largas.
El cambio climático hizo que la reciente ola de calor en Argentina a principios de diciembre último fuera 60 veces más probable y 1.4 °C más caliente. Según explica la nota de Chequeado, el dato surge de un estudio realizado por World Weather Attribution (WWA), una colaboración internacional que analiza y comunica la posible influencia del cambio climático en eventos climáticos extremos, como tormentas, lluvias extremas, olas de calor, olas de frío y sequías.
Además, el estudio determinó que en la actualidad se puede esperar un evento similar aproximadamente una vez cada 20 años, con un 5% de posibilidades de ocurrir cada año, pero que sin los efectos de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, habría sido un evento extremadamente inusual.
El análisis de atribución, como se los conoce a estos estudios, se centró en la temperatura máxima diaria para el período más caluroso de una semana, del 4 al 10 de diciembre de 2022. Participaron 18 investigadores, incluidos científicos de universidades y agencias meteorológicas de Argentina, Colombia, Dinamarca, Francia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.
En todo el mundo, el cambio climático hace que las olas de calor sean más comunes, más largas y más cálidas. Para cuantificar el efecto del cambio climático en las altas temperaturas en el norte de Argentina y Paraguay, los científicos analizaron datos meteorológicos y simulaciones de modelos para comparar el clima actual -1,2 °C más caliente que en 1850- con el clima del pasado.
Además, el estudio concluyó que si las temperaturas globales continúan aumentando, los eventos como estos serán más frecuentes e intensos.
“Existe una creciente preocupación en la Argentina y América del Sur por las olas de calor, que se han vuelto más frecuentes y severas en las últimas décadas. Estos acontecimientos recientes son un claro ejemplo de ello”, señaló Juan Rivera, científico del Instituto Argentino de Investigación de la Nieve, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) y autor de la investigación de la WWA.
Y agregó: “A menos que se reduzcan las emisiones de carbono, el cambio climático continuará favoreciendo la ocurrencia de temperaturas récord a fines de la primavera y principios del verano, en una época del año en que las personas no están preparadas para lidiar con el calor extremo”.