Como copresentadora, aprovechó el enorme altavoz del evento para lucir cuatro vestidos reivindicativos con los que logró transmitir su mensaje ante millones de personas, en una Italia gobernada por la ultraderecha. Mientras los llevaba dejó una potente reflexión sobre las problemáticas afines a las mujeres de todo el mundo. Rechaza la cosificación de los cuerpos y aboga por la autonomía de las mujeres.
De la Redacción de EL NORTE
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En la primera gala de la 73º edición del festival de San Remo que se celebró el martes, la empresaria de moda e influencer Chiara Ferragni fue copresentadora y aprovechó el enorme altavoz del evento para lucir cuatro vestidos reivindicativos con los que logró transmitir su mensaje ante millones de personas, en una Italia gobernada por la ultraderecha. También dejó una potente reflexión mientras leyó una carta.
Su discurso dedicado a su yo de niña, impactó y visibilizó diversas problemáticas que sufren las mujeres diariamente. “Es una bonita sensación sentirse apreciada por millones de personas, aunque no le gusto a todo el mundo. Pero lo importante es que me gusto a mí misma, y eso es un gran comienzo”, reflexionó y continuó dedicando unas palabras de ánimo y superación a la niña que un día fue: “Eres suficiente, siempre lo has sido. Y todas las veces que no te has sentido suficientemente bien, suficientemente, guapa, suficientemente lista, lo que fuera, sí que lo eras. ¿Y sabes cuántas veces te sentirás así? Muchísimas. Este, por ejemplo, es uno de esos momentos. Y es normal que lo sea. Los retos más importantes están siempre en nuestra cabeza”.
Ser mujer y madre
La empresaria italiana se refirió a su familia y de los retos de ser mujer y madre trabajadora en la actualidad: “¿Será fácil ser madre? No. Será el trabajo más difícil de todos. Porque las únicas personas que podrán juzgarte serán ellos, tus hijos. Te sentirás mal por alejarte de ellos por trabajar. Te sentirás mal por tener otros sueños más allá de tu familia. Nuestra sociedad nos ha enseñado que cuando nos convertimos en madres tenemos una nueva identidad: ser solo una madre. Piensa un segundo en esto: ¿Cuántas veces la sociedad hace sentir culpables a las mujeres porque al trabajar están lejos de sus hijos? Casi siempre. ¿Y cuántas veces se trata así a los hombres? Nunca. Pero te diré algo: Siempre harás lo mejor para tus hijos y sin ninguna duda probablemente seas una buena madre. No perfecta, pero suficiente”.
Y terminó el discurso con un alegato por las mujeres y la lucha contra el sexismo: «Nunca te sientas menos delante de nadie. Las mujeres solemos hacernos pequeñas delante de hombres inseguros. Y te lo dice una que ha aceptado que uno se apuntara el mérito de decir que la inventó. Sabes, como mujer deberás enfrentar muchas batallas. Deberás trabajar el doble que un hombre para que te tomen en serio. No podrás vivir libremente en tu propio cuerpo, porque si vas muy tapada serás una monja, pero si enseñas algo serás una puta. Cada día leerás cientos de mensajes y comentarios que te recordarán que este sexismo está normalizado. Rétalos, y no tengas miedo de las consecuencias de ser tú misma. Ser una mujer no es un límite. Dílo, díselo a tus amigas, gritadlo juntas toda la vida y luchad juntas cada día para cambiar las cosas”.
Vestidos con impronta feminista
Los cuatro vestidos que lució en la apertura del festival pusieron en primer plano mensajes feministas.
El primero llevaba la frase: ‘Pensati lÍbera’. ‘Imagínate libre’. Quiere transmitir la idea de que las mujeres se sientan libres del papel impuesto por la sociedad, que sean ellas mismas sin sentirse juzgadas. A este conjunto lo ha llamado el ‘vestido manifiesto’.
Su segundo vestido fue uno de color carne y simula su cuerpo desnudo. La influencer lo denomina ‘el sin-vergüenza’. Su mensaje es sencillo: mostrar el cuerpo no justifica ningún abuso. Este traje busca dar voz a todas las mujeres a quienes se les inculca que su cuerpo genera vergüenza, que es solo un objeto de deseo, que incita al pecado.
El que fue el tercer traje de la noche lo llama ‘vestido contra el odio’. Las frases bordadas son insultos y ofensas que ha recibido la propia influencer en sus redes sociales por su aspecto y por mostrarlo tras ser madre. Comentarios como: ‘¿Por qué no se opera el pecho?’, ‘Tiene el culo caído’, ‘Es desagradable’, ‘Vulgar’, ‘En breve se pasa al porno’, (o directamente dudan si es) ‘Una mamá o una prostituta’. Ferragni contesta a sus haters en esta oportunidad, y recomienda ignorarlos. Para reforzar el mensaje, Ferragni salió acompañada de un grupo de mujeres que ayuda a víctimas de la violencia machista.
Y tras el vestido manifiesto, el sin vergüenza y el contra el odio, llegó el cuarto: el vestido jaula. La influencer lo considera un alegato por la liberación de los estereotipos, una esperanza de que en el futuro las niñas romperán las convenciones que llevan siglos impuestas.
Víctimas de violencia de género
Chiara Ferragni superó en dos años, las 100.000 visitas al día y decidió dejar la carrera de derecho y empezar su camino en Instagram, lo que le ha permitido firmar contratos con las más exclusivas firmas de moda. Hoy supera los 28 millones y medio de seguidores en la red social.
Ferragni no se conforma con los contratos con marcas de lujo, lanzó la suya propia y más tarde tres empresas más.
Sufre el odio en redes. Un odio que empieza a combatir con discursos feministas. Denuncia el patriarcado. Su convicción con el movimiento feminista le ha llevado por ejemplo a donar el dinero ganado por presentar San Remo a una asociación de víctimas de violencia de género.
