Un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) en Argentina demostró que los peces del tramo inferior del río Salado están contaminados con un cóctel de nueve biocidas, incluyendo insecticidas, herbicidas y fungicidas.
Estos productos químicos se utilizan en cultivos transgénicos de la región, y han resultado en concentraciones récord a nivel mundial en los organismos acuáticos. En algunos casos, los valores encontrados en los ejemplares de sábalos superan ampliamente el máximo de las ingestas diarias admisibles para los humanos.
Los resultados del estudio, publicados por la editorial académica Elsevier, revelaron que el 100% de los ejemplares muestreados contenían glifosato y ácido aminometilfosfónico (Ampa), el principal metabolito del herbicida glifosato. El segundo herbicida más frecuente en los músculos y vísceras muestreados fue el glufosinato de amonio, que se encontró en una proporción del 50% de los análisis. Estos valores situaron a los peces del Salado en el récord mundial de concentraciones de biota acuática.
Las muestras de músculos, branquias e hígados de sábalo se recogieron en cuatro sitios del curso inferior del río Salado y uno del río Paraná en Santa Fe.
En las muestras de vísceras, los principales plaguicidas encontrados fueron altos valores de cipermetrina, clorpirifos y lambda-cihalotrina. Los peces analizados se compraron a pescadores locales ubicados en los mismos cinco sitios de muestreo y se destacó en el documento con las conclusiones del estudio que “estos peces estaban a la venta para el consumo humano”.
La alta concentración de plaguicidas hallados significa un riesgo potencial para la salud humana, ya que el sábalo es un pez comercial de agua dulce que se consume localmente y se exporta a otros países para consumo humano y veterinario. Estos resultados llevan a disparar las alarmas de la sociedad.