A muy poco de conocerse la sentencia de los imputados por atacar a golpes Fernando Báez Sosa y matarlo a la salida de un boliche hace tres años en Villa Gesell, reflexionamos desde Diarias sobre las masculinidades. En Argentina, se registra un femicidio cada 35 horas. Mujeres y disidencias son víctimas directas del patriarcado y sus estereotipos de género.
Judith Coronel
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El crimen de Fernando Báez Sosa implica un necesario cambio de paradigma en la sociedad argentina. Los hechos de violencia, presentes en la escena social –y en este caso mediática– interpelan los mandatos de masculinidad impuestos por la sociedad patriarcal. Al mismo tiempo los femicidios se incrementan cada mes, y las violencias hacia mujeres y disidencias continúan naturalizadas.
Hace tres años, el 18 de enero de 2020, Báez Sosa fue asesinado a la salida del boliche “Le Brique” en Villa Gesell, y por su asesinato son juzgados ocho jóvenes imputados de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” por el Tribunal en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores.
Ocho varones masacraron a golpes a otro, se limpiaron la sangre y festejaron. Así como cada uno de los autores es responsable de forma individual, también existe una responsabilidad grupal, y otra aún más profunda y difícil de distinguir (o de asumir), la social.
Esto pudo haber pasado muchas veces antes, sin embargo, nadie intentó reaccionar a tiempo. Nadie logró parar el espiral de violencia, las peleas recurrentes, los descalificativos, la impunidad a la que estaban acostumbrados.
Construcción y deconstrucción
La sociedad construye masculinidades agresivas, que buscan oprimir a aquellos que consideran inferiores, ya sea por cuestión de raza, clase o género.
Desde la perspectiva de género, “la masculinidad es una construcción social y cultural que varía según las sociedades y los diferentes momentos históricos, por lo tanto, existen distintas apropiaciones de lo que se considera masculino y propio de los varones: existen distintas maneras de vivir la experiencia masculina”.
Cuando se refiere a la deconstrucción del sistema patriarcal, no es solo por el peligro que implica para las mujeres y disidencias, sino también para las propias masculinidades construidas y sometidas a éste.
Fernando no fue víctima de un grupo de animales, inadaptados o psicópatas, fueron ocho personas que forman parte de un tejido social alimentado por estereotipos masculinos que carecen de empatía. Prefieren pegar antes de hablar, someter antes de escuchar y violentar antes de reflexionar.
“Los varones deben preguntarse por qué necesitan humillar a otros para demostrar su masculinidad”.
Lic. Marité Gutiérrez, especialista en Género
Cuestionar los privilegios
El Cuadernillo para reflexionar sobre la construcción de las masculinidades del Ministerio Público Fiscal precisa: “El patriarcado define a un sujeto hegemónico (varón, blanco, heterosexual, sin discapacidad) y cuanto más nos ‘alejamos’ de tales características, más bajo en la jerarquía social nos coloca. Cuando no respondemos a lo que se espera de nosotras/os y nos corremos de la ‘norma social’ del estereotipo de género en el que deberíamos encajar, el sistema patriarcal busca aleccionarnos, disciplinarnos, usando incluso la violencia física”.
Existen tensiones o conflictos latentes que son el resultado de una construcción social que en diversos contextos o por diferentes motivos pueden devenir en situaciones violentas. Particularmente entre las y los jóvenes existe una apuesta inconsciente por el reconocimiento social entre pares y hacia las personas adultas.
La especialista en Género, Lic. Marité Gutiérrez, en comunicación con Diarias sostuvo: “Los varones han crecido formateados con un código de masculinidad que les va marcando el camino y les otorga prestigio cuanto más se acercan a él”.
El camino por desandar los códigos ya aprendidos no es lineal y mucho menos inmediato, pero sí urgente. “Hoy tienen la enorme tarea de deconstruir esas formas que han y hemos naturalizado, y de cuestionar sus propios privilegios, lo que no será sencillo, pero que es absolutamente necesario si queremos una sociedad más justa, menos violenta, más amorosa”, destacó.
Expuestas a la violencia
Desde la organización “Ahora Que Sí Nos Ven”, dieron a conocer las cifras de femicidios en Argentina registrados durante enero. En lo que va de 2023, más de 21 mujeres fueron asesinadas en el país.
De acuerdo con lo publicado en medios gráficos y digitales, el 66,7% de los femicidios ocurrieron en la vivienda de la víctima. Las mujeres nos encontramos más expuestas en nuestras casas. El 14,3% de las víctimas comparten la vivienda con el agresor.
En lo que va de este año, el 19% de las víctimas de femicidio habían realizado al menos una denuncia, y en el 10% de los casos tenían alguna medida de protección.
DATOS ÚTILES
Por violencia de género
911- Policía, para casos de emergencia
144 – Teléfono nacional para contención, información y asesoramiento las 24 horas de los 365 días del año.
En San Nicolás
443-9480 – Comisaría de la Mujer – Rivadavia 848
434-2905 – Área municipal “Mujer, Género y Diversidad”
@emergenciaenviolencia.sn – Facebook: Campaña por la Emergencia en Violencia contra las Mujeres San Nicolás