19.2 C
San Nicolás de los Arroyos
sábado, diciembre 14, 2024
Edición Diaria
Edición N°

INMIGRANDO: UN FUTURO A 5.000 KILÓMETROS

DE VENEZUELA A SAN NICOLÁS

En diálogo con EL NORTE, el joven venezolano Yonel Araujo reveló detalles sobre la realidad que viven desde hace años sus compatriotas, cómo son sus días laborales en Argentina el país que lo recibió, el contacto con una nueva cultura, y sus futuros proyectos en San Nicolás, entre otras cuestiones.

Los venezolanos que poseían los recursos necesarios, viajaron en avión hacia Sudamérica, Estados Unidos, e incluso Europa / ILUSTRACIÓN

Julieta Clérici
[email protected]

Yonel Araujo tiene 23 años, es venezolano y a principios del 2019 un tiempo después de cumplir la mayoría de edad, decidió emprender un nuevo camino en búsqueda de una mejor calidad de vida que le brinde mayores oportunidades de crecimiento.
Motivado por un familiar directo que décadas atrás inmigró hacia nuestro país por trabajo fabril, el joven visualizó en Argentina la posibilidad de concretar aquel anhelo personal. Aunque eso significó alejarse de sus raíces y de su patria, tenía en claro que no deseaba continuar donde estaba.

Servicios básicos

Inicialmente, consultado sobre el contexto social que vive Venezuela, Yonel habló de los servicios básicos (agua, luz, gas): “No funcionan bien, porque no se paga nada por ellos, son gratis. Como el socialismo tiene un plan de cero inversiones, esos servicios se descuidan mucho. Prefiere explotarlos como sea que estén, y no trabajar para mejorarlos”.

Y agregó inmediatamente: “He visto mucha gente aquí en San Nicolás que se queja de los servicios. Comparando con Venezuela, los servicios de acá son muy buenos, funcionan bien. Son más limitados, pero mucho menos costosos. Es una de las facilidades de Argentina. La calidad de vida, a mí me parece muy barata. Aquí por la luz, te pueden llegar a cobrar $2.000, $3.000 al mes. O $6.000, pero en dos boletas de $3.000. Tú lo cambias a dólares, y son menos de 10 dólares al mes. Además, aquí nunca se te va la luz, siempre tienes. Todo eso me parece súper regaladísimo. El gas, son $500 que no es nada”.

Retomando la carencia de inversiones en Venezuela, el joven explicó una de las tantas situaciones problemáticas generalizadas a nivel nacional, que vivió cinco meses antes de viajar hacia nuestro país. Si bien desde el 2012 siempre tuvieron dificultades energéticas, en 2017 se intensificaron más aún. Y ¿por qué?, la razón se relaciona con el daño que empezaron a detentar las turbinas de la mayor represa que brinda el 70% de energía al país. “La represa cuenta con 14 turbinas que con el paso del tiempo comenzaron a fallar. De ese total, terminaron trabajando sólo 3. Y en lugar de invertir para arreglarlas, prefirieron explotar las que si funcionaban. Nadie se preocupó, y por una semana todo el país no tuvo energía”, aseguró.

Recursos desperdiciados

Según la edición 2019 de la Statistical Review of World Energy, Venezuela continúa siendo el país con la reserva petrolera más grande del mundo. En verdad, esta fuente de datos que realiza análisis objetivos y exhaustivos sobre los mercados energéticos mundiales, informó un total de reservas probadas de 303.300 millones de barriles para el país mencionado.

“Y no se explota, por el mismo motivo que contaba antes. Tú pasas por las áreas petroleras y están los aparatos parados porque no hay inversiones. Se dañan y lo dejan ahí”, expresó Yonel Araujo. El gobierno regente en Venezuela, prefiere enviar la materia prima a otro país y regresarlo como combustible, en lugar de producirlo allí mismo como se hacía antes.

“Los servicios básicos no funcionan bien, porque no se paga nada por ellos, son gratis. Como el socialismo tiene un plan de cero inversiones, esos servicios se descuidan mucho”

YONEL ARAUJO, VENEZOLANO RADICADO EN SAN NICOLÁS.

Economía descontrolada

“En los años ’70, ’80, muchos argentinos se iban a Venezuela. Mis tíos, iban y venían de allá para acá. Pero cuando llegó este gobierno socialista que se guarda todo en sus bolsillos, todo cambió”, manifestó Araujo.
Y agregó: “La economía es muy descontrolada. Por ejemplo, si yo me quería comprar un celular, por más que ahorrara diez años, no lo iba a poder conseguir allá. Hay pocos productos pero una gran variedad de precios. Tú compras un teléfono por 100 dólares, después lo vendes a 150 y esa persona lo vende 200. Es una locura”.

El joven venezolano explicó que la totalidad de los productos que se ofrecen en las góndolas de los almacenes y supermercados, son internacionales. Por lo tanto, todos los precios en el área de alimentos, se encuentran dolarizados. Sin embargo, los sueldos no cuentan con la misma fortuna.

“Este año arrancó con paro en universidades y escuelas, porque un docente está cobrando 10 dólares. ¿Y qué te podes comprar con eso allá? Una docena de huevos, por ejemplo”, aseguró.

En esta sintonía, el joven comentó que muchos le preguntan acerca de cómo hacen entonces para vivir allá e incluso ahorrar, teniendo en cuenta que el salario mínimo es de cuatro dólares.  A estas preguntas, les contesta: “Y, se la tienen que rebuscar mucho. Además, no trabajan en un solo lugar, sino que se dedican a hacer varias cosas, y así conseguir el dinero suficiente para comer. Es muy difícil invertir en un auto. Una casa o algo mejor a futuro, es imposible”.

También, reveló que muchos extranjeros actualmente están comprando viviendas en Venezuela. “Hay casas construidas en el 2010, de tres habitaciones y dos baños, que cuestan entre 15 y 30 mil dólares. Cuando aquí en Argentina, un apartamento viejo de dos habitaciones te sale 150 mil o 200 mil dólares. Allá la infraestructura bajó demasiado sus precios, porque todo el mundo se fue”, detalló.

Inmigrantes

Brasil, Colombia y Guyana, son los países limítrofes con Venezuela. De los 7 millones de venezolanos que aproximadamente se calcula que salieron de Venezuela, 5 millones lo hicieron de manera ilegal, sin presentar los papeles requeridos.
“Muchas personas como yo y la mayoría de los que estamos aquí en Argentina, salimos legalmente con papeles y pasaporte. Por ejemplo, yo llegué en avión. Pero hay otros tantos, que han cruzado la frontera por tierra caminando ilegalmente, sin ningún papel. Y entre ellos justamente hay mucha gente que hace cosas malas y tiene un peor desenvolvimiento y por eso es que generalizan con todos”, explicó Yonel la razón por la cual son discriminados en los países con los que comparten frontera, y otros de las cercanías, como los pertenecientes a Centroamérica. Y agregó: “Argentina es uno de los países que menos xenofobia tienen hacia los venezolanos”.

En esta línea, el joven comentó que muchos compatriotas con mejores recursos económicos y posibilidades de acceder a los papeles legales requeridos, se trasladan unos kilómetros más lejos en dirección a Sudamérica, Estados Unidos, e incluso Europa, donde son recibidos amablemente.

De los 7 millones de venezolanos que se calcula que salieron de su país, 5 millones lo hicieron ilegalmente / ILUSTRACIÓN

Actualidad

Paralelamente al motivo familiar por el cual Yonel decidió inmigrar hacia nuestro país, también tuvo un importante peso la facilidad de conseguir los papeles pedidos por Argentina. “Yo llegué, y al mes ya tenía mi DNI. Ahorita estoy sacando la nacionalidad”, dijo.

“Hay muchos venezolanos que han cruzado la frontera por tierra caminando ilegalmente, sin ningún papel. Y entre ellos justamente hay mucha gente que hace cosas malas y tiene un peor desenvolvimiento y por eso es que generalizan con todos”.

YONEL ARAUJO

Consultado sobre si decidió comenzar alguna carrera del nivel superior desde su llegada en 2019, el joven venezolano comentó que decidió comenzar a estudiar Análisis en Sistemas, en el establecimiento educativo ubicado en barrio Somisa. Sin embargo, manifestó que en San Nicolás las posibilidades son un poco limitadas en cuanto al ámbito público: “Antes de venir, había comenzado a estudiar arquitectura. Estuve tres semestres. Si quisiera continuarla, debería irme hasta Rosario, ya que la carrera no está aquí”.

Para concluir, Yonel Araujo expresó que si bien comparte mucho tiempo con su familia y amigos venezolanos residentes en la ciudad, desde el principio fue muy bien recibido por sus compañeros argentinos y clientes que lo frecuentan en su trabajo (cafetería). “La gente es muy cálida. Además, las culturas no son tan distintas, en ese sentido compartimos muchas cosas. Lo único el mate, no me gusta, pero alguna que otra vez tomé alguno con mucha azúcar”.