En el interior de la sede de la Policía Comunal de Ramallo, ubicada en Belgrano 652, ocurrió un episodio de violencia. Un individuo agresivo profirió insultos al personal policial de turno.
Sin mediar palabra arrancó de la pared de la dependencia policial las placas y fotos que allí se exhiben en homenaje y conmemoración, perpetuando a los efectivos fallecidos en cumplimiento del deber en el histórico y recordado acontecimiento del “asalto a la empresa Fiplasto”.
Luego salió de la dependencia policial hasta el cantero central de la Av. Belgrano, donde se emplaza también un monolito homenaje frente a la Comisaría, y estrelló los cuadros contra el monumento destruyéndolo en su totalidad.
Luego de este lamentable saldo de violencia y destrucción, el vándalo se negó con golpes e insultos a ser aprehendido. Se logró establecer que el atacante es una persona de 38 años con problemas de salud mental.
Ayudantía Fiscal dispuso se lo notifique de la formación de la causa por “Daños y resistencia a la autoridad” y fue derivado al hospital local a fin de realizarle evaluación interdisciplinaria bajo la Ley de Salud Mental. Luego recuperó la libertad.
Carlos Montivero, hijo de Juan Carlos
En las redes sociales, con fuerte tono de indignación, el hijo del agente Juan Carlos Montivero señaló: “Pregunto, ¿cualquier persona puede entrar a una comisaría y destruir lo que encuentre? Si esto pasa en una sede policial, que nos queda para el común de los vecinos. Hoy destruyeron un cuadro (las fotografías originales, foto que yo ya no tengo, era la única) en homenaje a mi viejo y a sus compañeros que perdieron “la vida” en cumplimiento del deber. Creo que se debe repensar la seguridad en Ramallo, ya que últimamente está dedicada a operativos de secuestro de motos a vecinos persiguiendo un fin recaudatorio y cero prevención del delito”.
La historia de la masacre de Fiplasto
Un 8 de marzo de 1976, cuatro policías ramallenses eran asesinados en el copamiento por parte de un grupo guerrillero en un puesto de guardia en la empresa Fiplasto, poco antes del golpe de Estado.
El 8 de marzo es una fecha dolorosa para las fuerzas policiales de Ramallo, porque hace 44 años cinco vecinos de Ramallo que se desempeñaban en la Policía Bonaerense realizaban la custodia del pago de los salarios a los obreros de empresa Fiplasto.
Mezclados entre los trabajadores, terroristas que esperaban quedarse con el dinero iniciaron una balacera violenta contra los uniformados que fueron asesinados a sangre fría.
En aquella triste mañana de lluvia, los cabos Juan Manuel Manteiga, Enrique del Moro, Ernesto Marchio y el agente Juan Carlos Montivero arriesgaron sus vidas como todos los días para proteger a sus vecinos.
El cabo David Oscar Mamberto, quien también se encontraba en el lugar, salvó milagrosamente su vida protegido por los empleados que lo ocultaron en el baño, porque el objetivo de los delincuentes no era solo el dinero, sino terminar con la vida de los efectivos y hacerse de sus armas.