Con tan solo 19 años, Lucas Ascúa se encuentra en Estados Unidos compitiendo en la disciplina de la natación. De la cuna del Club Belgrano, el joven nicoleño compite para la universidad de Iowa St. Ambrose University en la máxima categoría, con notables rendimientos. Además, estudia Biología y trabaja en seguridad para costear gastos.
De la Redacción de El Norte
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“Los sueños de chicos se hicieron grandes”, dice una frase de una canción del rapero Duki. El nicoleño Lucas Ascúa tiene 19 años y se desempeña como nadador en una universidad de los Estados Unidos. Se ganó una beca deportiva y otra estudiantil, lo que le permite no solo desarrollarse y crecer en la disciplina de la natación, sino que, además, puede estudiar.
Es en el Estado de Iowa, en la ciudad de Davenport, que queda en la zona este de Estados Unidos, en el límite con el Estado de Illinois. Ascúa hacía natación en el Club Belgrano, donde, desde los cinco años, practicaba en las instalaciones de dicho club. EL NORTE se contactó con la joven promesa de nuestra ciudad, quien contó cómo vive esta experiencia hace más de seis meses.
“Desde los cinco años ya mi familia me mandaba a natación, primero para hacer algún deporte. También, practiqué fútbol y básquet pero me terminé quedando con la natación porque le agarré cariño al estilo que tenía ese deporte. Me gusta competir contra mí mismo, la única forma de progresar y ganar es individualmente”, manifestó Ascúa.
“Aproximadamente, a los 15 años, sentía que era para mí y comencé a competir. Tenía un buen nivel en el Club Belgrano y me abrió las puertas a donde estoy hoy. Tuve la oportunidad de competir a nivel local, regional y nacional, afortunadamente con buenos resultados. Llegó un momento que no se trataba solamente de pasar un buen rato con amigos, sino también de superarme día a día”, añadió el nicoleño.
A Estados Unidos
Ante cualquier obstáculo, Lucas Ascúa consiguió ser lo suficientemente bueno para ganarse dos becas en Estados Unidos: Una académica y una deportiva. Esto le permite, actualmente, estar estudiando y compitiendo en natación en el Estado de Iowa, en la ciudad de Davenport en la universidad St. Ambrose University.
El nicoleño Lucas Ascúa tiene 19 años y se desempeña como nadador en una universidad de los Estados Unidos. Se ganó una beca deportiva y otra estudiantil, lo que le permite no solo desarrollarse y crecer en la disciplina de la natación, sino que, además, puede estudiar.
“La idea surgió gracias a la motivación de mi mamá. Ella fue la que me incentivo a que me esfuerce y logre llegar acá. Vio una noticia una vez, de un argentino que se había ido con una beca a Estados Unidos y hacía natación. Y cuando vi eso dije ´es lo que quiero´, aunque me parecía inalcanzable”, recuerda Ascúa.
De inmediato, agregó que “me puse a averiguar más en detalle, en el 2020, y mis calificaciones académicas me servían para aplicar a una beca. Entonces, decidí dedicarme el doble a la escuela y lograr conseguir esa beca que me facilitaría entrar a un equipo de natación. A la par, participé en más competencias que me permitían a mí llegar a mejores tiempos (es decir, nadar en menos tiempo). En mi caso, soy bueno en 50 y 100 metros libres”.
La idea estaba, el sueño aparecía en carpeta, pero faltaba mucho todavía. La pandemia retrasaba el anhelo del joven nicoleño, pero no lo detenía para mejorar en los aspectos que sabía que le iban a servir para lograr el objetivo. Ahora bien, el idioma era la tercera pata restante.
“Si bien desde chico me mandaban a un instituto de inglés, sabía que mi nivel no era el mejor para vivir en otro país, cuestión que me condicionaba porque si lograba obtener la beca académica, iba a tener que estudiar todo en inglés”, expresó Ascúa.
“Específicamente, me pedían dos exámenes internacionales para poder obtener la beca que quería. Uno de ellos tiene materias complicadas, como matemáticas, física, literatura; todo en inglés. Era muy complejo pero logré prepararlo bien y me saqué una nota muy buena, por lo que me dieron la beca más alta académica”, detalló.
Al agua
Lucas no quería detenerse, por el contrario estaba más entusiasmado que antes. La beca académica significaba una ayuda gigante para lograr irse definitivamente a Estados Unidos. Restaba, entonces, elegir una universidad y un equipo de natación.
“No fue la única universidad en vista, tenía como cinco a las que podía aplicar pero elegí St. Ambrose University porque pude hablar con el coach y la beca que me ofrecían era mejor que en las otras”, confió el nicoleño.
Desde agosto del año pasado, Lucas Ascúa integra el equipo de natación de dicha universidad y ya ha logrado grandes resultados. “Acá se dividen en cinco categorías, de la E a la A, la A sería la más importante y yo ya compito en esa. Hablé muchas veces con el coach y está contento con mi desempeño por suerte, así que es un sueño cumplido”, afirmó.
Sobre el equipo, el joven nadador aseguró que “somos muchos extranjeros, por lo que adaptarme no fue tan difícil. Sin embargo, los nativos han sido muy amables en todo momento, desde que llegué me hicieron sentir como en casa. Se formó un grupo excelente y entre todos nos apoyamos para lograr lo mejor para la universidad”.
Estudiar y trabajar
Si le faltaba algo a ésta historia, Ascúa no deja de sorprender. Tiene 19 años, compite a un alto nivel en natación, entrena todos los días de 6:00 a 8:00 y otras dos horas por la tarde; pero también, estudia y trabaja para costear gastos.
“Acá es muy distinto estudiar que en Argentina. Mi inclinación es Biología, la carrera dura cuatro años y me gustaría trabajar en un laboratorio. Los primeros dos años son muy generales, luego puedo elegir la especialización y mi idea justamente es ser biólogo en un laboratorio. Para que se entienda, podría elegir ser investigador o profesor también”, contó Ascúa.
“Se trata de una carrera muy amplia y recién terminé un semestre. Acá no se aprueba con notas sino que se suman créditos. Para graduarte tenés que sumar 120 créditos y cada materia te da desde un crédito hasta cuatro”, manifestó.
En cuanto al trabajo, Lucas Ascúa se desempeña en el área de seguridad del campus. “Yo como soy estudiante internacional solo puedo trabajar dentro del campus. Mi trabajo sería cuidar cada residencia, hay aproximadamente seis, y cada día me dan una diferente para cuidar. Son cuatro horas por cuatro días, es decir 16 horas semanales”, concluyó el nicoleño.