Florencia Almará se adentró en el mundo de la salud luego de que su hermano Abel sufriera un accidente. Si bien diez años atrás le brindaban los tratamientos paliativos del momento, decidió ir en búsqueda de algo que mitigara eficazmente su dolor.
Julieta Clérici
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Hacia el año 2017, el Parlamento argentino aprobaba la ley 27.350 que permitió el cultivo de la planta de marihuana con fines medicinales. Sin embargo, tuvo que esperar hasta noviembre del 2020 para que finalmente fuera reglamentada. Actualmente, la norma otorga un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso curativo de la planta de cannabis y sus derivados.
La misma se puede utilizar básicamente para aliviar el dolor. Esto incluye distintos tipos de dolores crónicos, incluso por lesiones nerviosas, controla las náuseas y los vómitos.
Entre los puntos de la ley, se especifica sólo “los y las pacientes que tienen indicación médica para el uso de la planta de Cannabis y sus derivados, podrán adquirir especialidades medicinales elaboradas en el país, importar especialidades medicinales o adquirir formulaciones magistrales elaboradas por farmacias autorizadas”.
En primera persona
Florencia Almará es activista cannábica a nivel provincial. Años atrás, se inició en el camino de la salud debido su hermano Abel, quien sufrió un accidente en la empresa donde trabajaba, hacia el año 92. “Una tarde de lluvia, se cobijó debajo de un planchón que se soltó y le produjo un aplastamiento de vértebras y contusiones. Quedó paralizado, con un dolor neuropático crónico muy severo y grave”, comentó a EL NORTE.
Aunque Abel recibía un tratamiento con estimuladores a fin de aliviar el dolor crónico que sufría a diario, Florencia decidió ir más allá. “Diez años atrás apareció el tema del cannabis. Me comuniqué por Internet con las chicas de ‘Mamá Cultiva’ de Chile -ONG sin fines de lucro que promueve el uso de #MarihuanaParaLaSalud a través del autocultivo-, quienes me dijeron que había un grupo de la misma organización en Capital. Ellas estaban recién comenzando, y era muy difícil porque había mucha persecución para los usuarios, y obviamente para los cultivadores”, manifestó Almará.
Decidió entonces animarse a investigar ante la necesidad de paliar un poco la situación, ya que no sólo sufre la persona con discapacidad, sino también toda su familia que lo vive a la par. “A partir de eso arranca todo”, aseguró.
Reglamentación
“Desde 2017 la ley de cannabis estaba en tratativas para ver cómo entraba el Estado y las farmacias en todo esto. Recién en el 2019 se efectúa, y en el 2020 pudimos empezar a cultivar todas las personas que lo requerían. Antes, sólo estaba contemplada para epilepsia refractaria”, explicó Florencia.
Con la efectiva reglamentación de la ley, se aclararon y ampliaron las diferentes patologías que contemplaba.
Autocultivo
Fue un antes y un después, aseguró Florencia. “Como todo medicamento natural o de farmacopea, es prueba y error. Y más que esto, el tema es que haga efecto, o produzca un mejor efecto”.
Y destacó: “Para las personas que estamos en este camino, es muy importante el autocultivo. Porque uno se asegura lo que cultiva y cómo lo cultiva. Tiene que ser de forma orgánica absoluta. Todos los productos orgánicos que se producen tienen que ser de la mejor calidad. Lo mismo con la semilla. Es la responsabilidad de tener todo en forma legal”.
¿Cinco para el peso?
Aunque tras años de lucha en post de lograr una mejor calidad de vida en las personas con patologías crónicas, se logró la efectiva sanción y reglamentación de la ley, un pilar fundamental sigue pendiente. “Todo esto tenía que ir de la mano de los médicos desde un principio. Sin embargo, recién ahora se están capacitando un poco. No todos están cursando las materias y especializaciones que se dan en las diferentes Facultades de Medicina, tanto en Buenos Aires y Córdoba, entre tantas otras”.
De hecho, recientemente se conoció que una opción más cercana para este requerimiento, lo brindará la Universidad Nacional de Rosario (UNR). A partir del 1 de abril 2023, proveerá de un posgrado justamente en cannabis. El tercer curso de posgrado “Abordaje integral de la planta de Cannabis para la salud” está dirigido a todo el equipo de salud, y promovido en conjunto por la Asociación de Usuarios y Profesionales para el Abordaje del Cannabis y otras drogas (Aupac) y la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR. Según explican el objetivo general radica en capacitar a los profesionales para el abordaje clínico integral –teórico y práctico- del uso terapéutico de la planta de Cannabis sativa L.
Panorama local
Particularmente en San Nicolás, Florencia reveló que no se evidencian demasiados profesionales de la salud especializados en cannabis medicinal. “Sí es destacable el acompañamiento de oncólogos y oncólogas, algún que otro neurólogo también. Pero acompañan desde el ’bueno, si te parece usarlo, tengo entendido que está bien y hace bien’. Pero no se especializan, y no se forman. Y eso es justamente lo que hace falta en la ciudad”, aseguró.
En esta misma sintonía manifestó que se necesita mucho más que un ‘bueno, si te hace bien usalo’. Asimismo, anhela que el cannabis medicinal sea la primera opción para atenuar determinadas patologías. Y no recetar tantos ansiolíticos y antidepresivos, de entrada.
“En San Nicolás, tengo entendido que hay algunas farmacias autorizadas a traerlo desde Cannava en Jujuy, no todas tienen el permiso. Una cuestión que no entiendo su razón, pero son las disposiciones que tiene la ciudad. Esta opción de conseguirlo en las farmacias, es para aquellos que por diferentes motivos no pueden cultivar o no quieren”.
Cannava es la primera empresa estatal dedicada a la producción de derivados de la planta de cannabis, en el país. Con sede en la provincia de Jujuy, constituye una de las plantaciones más grandes de Latinoamerica.
Inscripción en app Mi Argentina
“Hoy en día, si tenés una patología que puede ser tratada con cannabis medicinal, se puede iniciar un autocultivo aprobado por el Estado. Desde ya, una patología tratada y acompañada por un médico autorizado”, explicó Florencia.
Para acceder al tratamiento de cannabis medicinal, el requisito principal radica en que tanto el paciente como el médico deben estar inscriptos en el REPROCANN. El profesional de la salud autorizado, atiende a los pacientes en la misma condición. Le realiza un seguimiento mediante una historia clínica y lo ingresa al sistema. La inscripción en el sistema es totalmente gratuita, el paciente únicamente debe abonar la consulta médica.
Dicha inscripción se efectúa mediante la descarga de la app móvil ‘Mi Argentina’ desde el celular. “Ingresas los datos personales, verificas tu perfil (porque es un documento digital). Y una vez que ya hiciste ese paso, te vas a reprocann.salud.gob.ar y ahí te aparece ‘ingresar desde Mi Argentina’, das click en ese botón, pones tus datos que es el CUIL y la contraseña, que generaste anteriormente en la app y ahí llenas una planilla. Esta genera un código, y ese es el que se tiene que presentar al médico cuando se tenga la entrevista. Él necesita hacer el alta al sistema con ese código”, explicó detalladamente Almará. Por último, vale aclarar que la habilitación para el autocultivo, o no, actualmente está teniendo una demora de dos meses mínimamente.
Tanto el paciente como el médico que acompañe el tratamiento, deben estar inscriptos en el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN).
Aunque su hermano Abel falleció en junio del año pasado, a un mes de cumplir 58 años, Florencia decidió continuar su activismo con el frente cannabico bonaerense, posicionándose del lado de todas las personas que necesiten del cannabis medicinal.