El billete fue el de mayor denominación desde enero de 1992 hasta julio de 2016. Tres décadas atrás equivalía a 31 kilos de asado.
El peso comenzó a usarse en la Argentina hace poco más de 30 años, el 1º de enero de 1992, a través de un decreto, reemplazo a los australes, la moneda vigente hasta entonces. Cada peso equivalía a 10.000 australes. Un año antes, el 27 de marzo de 1991, durante la presidencia de Carlos Menem y la gestión de Domingo Cavallo como ministro de Economía, se había sancionado de la “Ley de Convertibilidad”.
Tres décadas atrás, el peso era el billete de mayor denominación y permitía comprar exactamente USD 100. Hace varios años que dejó de ser el billete de más denominación y hoy ese mismo papel no alcanza para comprar ni un solo dólar.
El billete de $100 fue el de mayor denominación hasta julio de 2016, cuando se incorporó el billete de $500. Fue papel moneda superior a $100 desde 1992, cuando el “peso convertible” reemplazó a los australes.
Actualmente el billete de más denominación es el de $1.000, que comenzó a circular en diciembre de 2017 durante el Gobierno de Mauricio Macri. Equivalía a USD 54 en ese momento, mientras que hoy su valor es de USD 5,61 a la cotización del dólar oficial. Si lo comparamos con el Dólar Blue, a día de hoy, 1000 pesos argentinos equivalen a 2,89 dólares.
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Según datos relevados por el economista Pablo Besmedrisnik durante el último cuarto del siglo XX, salvo durante la época de la convertibilidad, la Argentina era uno de los 45 países que tenía una inflación superior al 20% anual. Países como Chile, Brasil, Uruguay y México sufrían el problema inflacionario. Pero en los últimos diez años tan solo cinco economías en el mundo tienen tasas de inflación superiores al 20%, entre ellas la Argentina. El año pasado, la Argentina cerró con la segunda inflación más alta de las últimas tres décadas.