La iniciativa planteada por el Ejecutivo local y aprobada por mayoría en el Honorable Concejo Deliberante, el nuevo código de Convivencia y Faltas, comenzó a regir en San Nicolás desde ayer viernes. Se trata de una propuesta que apunta a regular un buen trato entre vecinos. Exceptuando las normas conocidas, se explicará a la población que se está violando el código y, en otra ocasión, se comenzará a labrar actas.
De la Redacción de El Norte
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Ayer entró en vigencia el Código de Convivencia y Faltas para el Partido de San Nicolás, un conjunto normativo que promueve una regulación dirigida a construir un mejor trato entre vecinos, cuidar la ciudad y sus espacios públicos.
El código cuenta con 372 artículos, muchos ya son hartamente conocidos, como el caso de las infracciones de tránsito. Pero hay muchas otras normativas nuevas que serán aplicadas para intensificar el buen comportamiento en nuestra ciudad. En caso de quebrantar alguna ley, el Juez de faltas, Dr. Matías Grams, será el encargado de aplicar la sanción que corresponda, en su mayoría se tratan de sanciones netamente ligadas al trabajo comunitario, dejando como última instancia lo monetario.
“El Código de Convivencia recientemente sancionado, es una legislación que tiende a sistematizar y unificar todo el régimen de faltas que teníamos vigente en la ciudad. Teniendo presente que la última ordenanza de faltas data del año 1982, donde en el último tiempo la sociedad ha cambiado y era necesario regular esas nuevas conductas”, afirmó el Juez de Faltas.
“Este código tiene un tinte netamente educativo, preventivo y protector. Cuando hablo de la esencia protectora, hago referencia a que esta ordenanza protege el medio ambiente, los espacios públicos, a los docentes y auxiliares de la educación, a los médico y auxiliares de los centros de salud, sanciona a quien maltrate animales. Todo esto no se encontraba en la anterior legislación que teníamos”, agregó Grams.
“Al estar en vigencia y tratarse de faltas novedosas, como tirar un papel en la vía pública. Si alguien arroja un papel y justo pasa un policía o un inspector, le van a pedir que lo junte y lo tire, pero avisándole que la próxima vez se labrará el acta correspondiente. Vamos a llevar adelante una tarea educadora y preventiva por un tiempo hasta que la gente lo vaya internalizando”, arrojó el juez de faltas municipal.
“Vale la pena aclarar, aunque suene reiterativo, que se va a hacer escuela en lo novedoso. Si una persona estaciona en línea amarilla, se le va a labrar un acta en el acto ya que son normas conocidas. Las áreas inspectoras ya están capacitadas y listas para hacer cumplir los 372 artículos”, detalló Matías Grams.
Código protector
“Cuando hablo de un código protector, por ejemplo de docentes o médicos, sabemos que en el rol que tienen muchas veces sufren maltratos, insultos, hostigamientos, que muchas veces esas conductas no llegan a ser delitos que ameriten una denuncia penal pero que igualmente la pasan mal en su ámbito de trabajo. Entonces, denunciando este accionar, siempre y cuando exceda la normal tolerancia, nosotros vamos a poder actuar desde el juzgado para que no vuelva a suceder”, afirmó Matías Grams.
“Otra norma novedosa que este código trata es cuando se deja a un niño o un animal encerrado en el auto, que muchas veces no se sabe qué tipo de solución brindar. En este caso habla puntualmente de menores de seis años, en condiciones climáticas adversas como puede ser al rayo del sol en verano o incluso con el auto en marcha poniendo en riesgo su vida. En estos casos, las fuerzas de seguridad van a poder intervenir aplicando medidas razonables para preservar la vida del menor o el animal”, agregó Grams.
Entre las aristas destacadas, el funcionario manifestó que este código también cuida el medio ambiente. “Pena el arrojar basura en espacios públicos o lotes baldíos, generar daños en plazas, parques o edificios públicos, se va a poder ordenar la reparación de ese daño y volver las cosas al estado anterior”, tiró Grams.
Control y penas
En cuanto a las penas, el código establece varias penas que devienen de tres aristas globales: Pena natural, pena accesoria y pena económica. “La pena natural hace referencia a que cuando la conducta contravencional generada por la persona produce un daño de tal magnitud que la pena del juzgado queda insignificante y no es necesario sancionarlo”, explica Matías Grams.
“Las penas accesorias hacen referencia a lo que contaba anteriormente, por ejemplo trabajo comunitario, la reparación del daño causado, las obligaciones de conductas, que son sin dudas penas muy superadoras respecto de lo que teníamos”, manifestó el Juez de faltas.
Desde ya que se podrán aplicar multas económicas pero la idea principal del Municipio no es la recaudación, sino poder llevar todas las causas a penas accesorias, evitando el pago de multas a menos que sea estrictamente necesario. “Las penas económicas se cobran a través de módulos, que es una unidad de medida. Un módulo equivale al 3% del salario mínimo del empleado de menor rango ingresante en la planta municipal. Sería un total de $370, a día de hoy, cada módulo”, explicó Grams.
Esto supone entonces que, de no quedar alternativa y tener que aplicar una multa económica, el valor a pagar se regirá por la cantidad de módulos que fije el Juez de Faltas. Para tener una idea, sería $370 multiplicado por los módulos dispuestos en el juzgado.