Sebastián Fanaro, un kinesiólogo nicoleño, tenía un sueño desde que era chico y hace cuatro meses que decidió hacerlo realidad. Vendió hasta su auto para poder recorrer gran parte del mundo y llegar a Qatar para alentar a la selección.
Sebastián Fanaro, un nicoleño de 41 años, de profesión kinesiólogo, desde Qatar nos contó su viaje que había planificado toda la vida y que por motivos económicos recién ahora lo pudo lograr. “Cerré los ojos y encaré”, declaró entre risas. Recorrió Europa, Asia y logró llegar a Medio Oriente para ver el partido de la Argentina frente a México.
En una charla distendida con nuestro periodista Ezequiel Guisone, en Doha, empezó diciendo que para hacer realidad un viaje tan largo, primero tuvo que hablar con sus colegas en nuestra ciudad para que queden al frente del consultorio que se encarga de rehabilitar a personas con problemas motrices.
El viaje, que comenzó el 25 de julio, lo tenía planeado hacer antes de la pandemia, pero que lo pudo concretar ese momento. Desde Ezeiza arribó a Madrid el 26 de ese mes para comenzar una aventura con la idea de recorrer muchos países nuevos alojándose en hosteles (por un tema económico) y llegar a ver a Messi y compañía.
En sus primeros días en Madrid visitó a un amigo que hace 15 años está viviendo en esa ciudad, luego recorrió San Sebastián, Bilbao, Andalucía, Sevilla, Cádiz, cruzó a Marruecos y volvió a España.
Ya con más cancha decidió ir a Italia, de ahí destacó la amabilidad de las personas y las calificó como muy “amables y serviciales”; luego recorrió Marbella y le surgió la posibilidad de ir a visitar a su amigo, Javier Saviola, en Barcelona. Sebastián dijo que era algo que no lo tenía planeado, pero fue una parte muy fundamental de la travesía, ya que estuvo un mes ahí, frente a la masía, lugar donde surgieron muchos de los cracks del fútbol. Se alojó en la casa del “Conejito”, que lo invitó a quedarse en su departamento y ver cómo trabajan los kinesiólogos del club catalán. Ahí se reunía con frecuencia con sus colegas y aprendió muchas cosas, adquirió nuevos conocimientos, que, aunque salvando la capacidad tecnológica que tienen allá, se pueden aplicar en San Nicolás. “Vi cosas que nunca había visto”, confesó y siguió: “Fue muy buena la experiencia” que le permitió hacer tiempo para llegar al Mundial.
De España se fue para Portugal, recorrió ciudades como Lisboa y destacó su cultura, la comida rica y lo fácil que es recorrerla. Posteriormente siguió por Croacia para luego viajar a Italia, más precisamente a la “ciudad de Dios”, donde lo primerio que vivió en ese lugar fue que al decir que era argentino, “un policía me abrazó, solo por ser argentino”, contó. De esa maravillosa ciudad tan emblemática, destacó que es sorprendente que, en cada casa, cada familia tiene la foto de Maradona. “No es cuento, lo viví, lo evidencié y me impactó”, declaró.
En Europa se manejó la mayoría del tiempo en tren y en bus hasta que decidió cruzar el continente para ir a Asia. Fue a Bangkok, donde nos comentó que el 90% de los habitantes son budistas, hay muchos templos, mucha vegetación al igual que en Tailandia o Singapur. Por otro lado, en su estadía de 40 días en el continente asiático, comió casi siempre arroz con pollo, ya que para su gusto, la comida no es muy rica. Además, contó que donde más quedó impactado fue en Vietnam. “Es una ciudad caótica, no se puede cruzar la calle por la cantidad de motos”, dijo, y para sorpresa de todos se fue a la India. “Algo que no se puede explicar es que en el siglo XXI se sigan comiendo perros”, indicó y expuso: “Ahí los perros están colgados como los cerdos, hay criaderos de perros, los venden para comerlos”.
Conoció Camboya, donde pudo disfrutar de unos templos hinduistas, templos de miles de años que se hicieron famosos en la película Tom Rider. De ahí volvió a Tailandia, donde hay mucha pobreza, también “un caos, los semáforos no existen, las vacas cruzan la calle donde quieren, entran a los negocios, son sagradas, no se las puede tocar y es asombroso cómo la gente, en un lugar tan desorganizado, puede vivir organizada”, dijo. Después fue a Israel, y destacó que pasó por todas las religiones: cristianismo, budismo e hinduismo, la musulmana en Marruecos y terminó en un país judío, donde recorrió Israel. Estuvo en el lugar donde nació Jesús, en Belén, conoció el pesebre que en realidad es una copia porque el original se lo llevaron los romanos. Luego de un paso por Jordania voló a Qatar.
Llegó al Mundial, gritó los goles de Argentina a México, y contó que está parando en los Barwua, que es un lugar tipo barrio Fonavi, donde se alojan la mayoría de los hinchas de todos los países, y confesó que su idea es acompañar a la Argentina hasta la final y ya después volver a San Nicolás, pasar la fiestas con la familia y en enero volver a laburar a full.
En el final de la entrevista dijo que está feliz, el viaje superó las expectativas. “Salió todo bien y llego como cábala”, declaró. También, señaló que extraña mucho la comida, la familia y los amigos.
