Son más de tres millones de personas. Casi el 25% completan sus ingresos con el programa Potenciar Trabajo. Una gran parte trabaja por cuenta propia en ‘changas’ y trabajos domésticos en casas de terceros.
De la Redacción de EL NORTE
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Los últimos datos oficiales del Ministerio de Desarrollo Social fechados en octubre pasado dan cuenta de que las mujeres –jóvenes y con estudios incompletos– son mayoría en la denominada economía popular.
El número de trabajadores informales en la Argentina, inscriptos en el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP), aumentó en casi 400.000 personas en un año. De las 2.830.520 personas inscriptas en 2021 pasó a las actuales 3.225.268 inscriptas hasta octubre pasado. Casi el 60 por ciento son mujeres. La franja etaria de estas trabajadoras, calificadas como “por fuera de las relaciones asalariadas formales”, es muy joven, de 18 a 35 años. La mayoría de la población de la economía popular son cuentapropistas que se desempeñan en “servicios personales”, como: tareas de cuidados, servicios de limpieza, peluquería, depilación, vendedores ambulantes, albañiles, poda; o cumplen funciones en comedores y merenderos, que por lo general dependen de los movimientos sociales.
En términos educativos, el 61,1% de los inscriptos en el ReNaTEP no han completado los estudios obligatorios, inicial, primario y secundario.
Precariedad
Casi 800.000 de las personas que se desempeñan en la economía popular completan sus ingresos con el Potenciar Trabajo, el programa más importante del Ministerio de Desarrollo Social.
El último informe del Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular, cuyos datos son públicos, marcan la precariedad de los casi tres millones y medios inscriptos: no están sindicalizados, no tienen obra social ni vacaciones pagas ni aguinaldo, entre otras conquistas laborales.
En términos de inscripción fiscal y percepción de programas sociales, se mantienen las tendencias observadas en el informe de mayo 2021. Solo el 7,2% se encuentra inscripto de manera individual en alguna categoría tributaria: El 6,6% está adherido al Monotributo Social y el resto se distribuye entre las categorías A y D del Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes.
Por otra parte, el informe sostiene que el 22,3% percibe la Asignación Universal por Hijo.
La mitad de los beneficiarios del Potenciar Trabajo cumplen sus 20 horas semanales de labores exigidas en comedores y merenderos, por lo general ubicados en barrios vulnerables y que dependen de organizaciones sociales.
La región centro del país es la que presenta la mayor cantidad de inscriptos, 50,9% en el ReNaTEP, y Buenos Aires es la provincia que encabeza la cantidad de inscripciones con el 35,9% del total nacional. En nueve provincias del país –la gran mayoría del NOA y NEA– las inscripciones en el ReNaTEP superan a los trabajadores asalariados del sector privado registrados en el Sistema Integrado Previsional Argentino.
EJEMPLO LOCAL: CASA PUEBLO
“No alcanza con un plan, debe haber trabajo genuino”
Consultada por EL NORTE, Aurora ‘Loly’ Sandobal, en carácter de coordinadora, contó el trabajo que se desarrolla en Casa Pueblo (Morteo y Ponce de León), que fue posible mediante el convenio que el Movimiento Evita firmó con la Sedronar hace casi un año. “Tiene un espacio donde concurren mujeres y jóvenes con problemáticas de adicciones y mujeres en situación de violencia. Hay talleres de economía popular. En uno las chicas producen lencería y venden, para ser el sostén de su hogar, dado que el salario social complementario que reciben a través del Estado no les alcanza para sobrevivir, imposible hacerlo con 22.000 pesos. En el taller de remeras, toallitas y protectores diarios a base de tela –en el marco del programa de Gestión Menstrual– también lo que venden es ingreso para sus hogares. Son chicas jóvenes que sostienen sus casas, la mayoría son solas con familia que no tienen marido. El taller de repostería trabaja en mesa dulce, de igual modo que los anteriores. Son varios los talleres. La deuda que tiene el Estado para con las compañeras es mucha, la mayoría son sostén de hogar, sin vivienda propia y digna. La deuda es de vivienda, de salario, de reconocimiento digno para promotoras territoriales, con las más excluidas y vulnerables. No alcanza con un plan, debe haber trabajo genuino”, sostuvo.