Victoria Bregy y Diego Lezcano emigraron a Estados Unidos hace seis años. Desde entonces, han formado una familia y logrado ser parte del cambio de una sociedad. En Pittsburgh, Victoria Bregy pasó de ser bioquímica a trabajar en Acción Social para poder ayudar a quienes no pueden costear el acceso a la salud. “Lo que hago es conectar a la comunidad latina de Pittsburgh con el sistema de salud, ya que no todos pueden tener acceso”, manifestó.
De la Redacción de EL NORTE
[email protected]
Hay miles de nicoleños que tienen una historia para contar. Como viene marcando EL NORTE en ediciones pasadas, abundan sus participaciones en países extranjeros, desenvolviéndose en diferentes áreas que son de ayuda a la sociedad o simplemente de cumplimiento de un sueño.
Así es la nueva vida de Victoria Bregy y Diego Lezcano, dos nicoleños que apostaron al cambio y que hoy son parte de esa ayuda social tan necesaria. Hace seis años, la oportunidad de emigrar le llegó a Victoria Bregy. Su actual marido, con quien tiene dos hijas, tuvo que ir por trabajo un par de años antes y trabajó tan bien que fue contratado allí para continuar con su carrera de programador.
Bregy decidió terminar Bioquímica en la Universidad Nacional de Rosario antes de comenzar una nueva vida en otro país. Y en 2016 llegó para quedarse, consiguió un empleo relacionado con su rubro luego de esperar un año el permiso de trabajo; y por cuatro años se quedó allí. “Fue una experiencia muy linda. Trabajé investigando mecanismos y tratamientos para el ACV. El ambiente laboral era muy bueno y me sentía muy cómoda”, expresó Bregy a este diario.
Sin embargo, hace seis meses decidió emprender otro camino, más del lado de Acción Social, y quedó como supervisora del grupo de promotores de salud del Centro Latino Comunitario de la ciudad de Pittsburgh. “El acceso a la salud en Estados Unidos es muy distinto al de la Argentina, no es público, y aunque tengas obra social es caro costear tratamientos o medicamentos. Lo que hacemos es facilitar lo más posible la llegada a salud a cada latino que vive en Pittsburgh”, explicó Bregy.
“Cambié totalmente la perspectiva de mi vida. Cuando estudiaba en Argentina, me gustaba mucho el trabajo social. Iba a los centros y salitas que había para ayudar en la promoción y prevención de salud, y aquí encontré un lugar donde me siento cómoda y puedo ayudar a toda la comunidad latina que ha crecido enormemente en los últimos años”, agregó la nicoleña.
Diferencias culturales
Como es de público conocimiento, la salud estadounidense es bastante costosa, pero también es muy diferente socialmente. En la Argentina, tu médico de cabecera va hasta tu casa si lo necesitás, siempre te atiende el mismo, el trato es distinto; todas cuestiones que en Estados Unidos no son moneda corriente.
“Acá es complicada la salud hasta para los propios norteamericanos. No existe la salud pública como en Argentina, sí hay hospitales de bajo costo, pero tampoco es sencillo acceder a ellos, por lo que, generalmente, los latinos que viven aquí tienen muchas complicaciones para poder atenderse por cualquier cuestión de salud”, manifestó Bregy.
“Mi trabajo consiste en poder conectar a esos latinos con la salud, ya sea para una cita médica o para conseguir un medicamento. También ayudamos a que consigan algunos beneficios o subsidios que entrega el Estado aquí, pero, como te decía al principio, es muy complicado poder acceder a todo eso. Por eso nuestra labor es de mucha importancia para la comunidad latina”, añadió.
“Es cara la salud”
Como esbozaba Bregy, la salud es cara. No solamente para los que no tienen la posibilidad de costear una obra social, sino también para los que sí las tienen. “Por más que tengas obra social, siempre algo tenés que pagar. Así sea una consulta o una operación, con seguro médico o sin él se paga. Yo tengo afortunadamente una obra social, pero el parto de mis hijas nos salió U$S 10.000”, aseveró.
Por enumerar otro ejemplo, al menos en Pittsburgh, si pagás por mes tu obra social, una consulta médica puede costarte alrededor de U$S 50 y un poco más del doble en caso de no tener ese seguro médico que es tan común en la Argentina. “Sin embargo, hay muchos planes, dependiendo de cuál tengas es lo que vas a pagar después cuando necesites ir a un hospital”, detalló Bregy.
Programación
Por su parte, Diego Lezcano apostó por el mundo de la programación. Antes del boom que está teniendo hoy en día en nuestro país, el nicoleño, ahora residente en Pittsburgh, encontró hace muchos años esta carrera que lo llevó a ser parte de una empresa reconocida en ese rubro.
“Empecé a estudiar, pero sentía que no estaba haciendo algo que me gustaba. En el 2010 volví a San Nicolás para estudiar en la UTN programación y fue lo que me abrió las puertas a esta empresa que hoy me trajo a Estados Unidos. Yo con 23 años (2014) vine para vivir aquí, pero primero era solamente por dos años. A los dueños les gustaba mi trabajo, así que me ofrecieron quedarme”, contó Lezcano.
“Nosotros con Vicky estábamos de novios y ella quiso termin
ar su carrera, y en el 2016 vino para acá. Al principio fue difícil adaptarnos, pero hoy por suerte logramos formar una familia, hacer nuevos amigos y no sentir tanto la falta que nos hacen nuestras familias y amigos. La diferencia cultural a veces pesa, pero valió totalmente la pena”, agregó.