En la batalla de la Vuelta de Obligado participaron numerosas mujeres que, como enfermeras, auxiliares de los artilleros o acompañantes de los combatientes, pusieron en riesgo su vida ante las potencias agresoras. Entre las patriotas se destacó un grupo de damas de San Nicolás y San Pedro que abastecieron con proyectiles a los combatientes y que auxiliaron a los heridos. Josefa Ruiz Moreno, Rudecinda Porcel, María Ruiz Moreno, Carolina Suárez, Francisca Nabarro y Faustina Pereira respondían a Petrona Simonino, según el parte de guerra, heroicas mujeres que el relato histórico no supo reconocer con justicia.
De la Redacción de EL NORTE
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Con el objetivo de lograr que el rol de Petrona Simonino en la historia argentina llegue al conocimiento de estudiantes de nivel medio, modalidad joven, adultos, adultos mayores y comunidad general del distrito de San Nicolás de los Arroyos, desde Inspección de Educación Distrital avalan la propuesta de un grupo local que lleva su nombre mediante una iniciativa de trabajo en las escuelas. Se distribuyeron textos informativos y actividades para desarrollar en el transcurso de esta semana.
Así el proyecto del grupo nicoleño “Petrona Simonino” busca el reconocimiento al valor de esta nicoleña y de un grupo de mujeres que intervinieron en la batalla “La vuelta de Obligado”.
Entre las propuestas, se adelantan para el próximo 18, con motivo del Día de la Soberanía Nacional, acciones como el descubrimiento de un mural dedicado a Petrona Simonino a orillas del río Paraná sobre las paredes de la UTN y conexión con el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires. Habrá disertación a cargo de autoridades provinciales y enunciación del emplazamiento de un chapón de Petrona Simonino en la parte posterior de la Escuela de Arte “Liliana Grinberg”.
20 de noviembre de 1845
El 20 de noviembre de 1845 se produjo la batalla de la Vuelta de Obligado sobre el río Paraná, en la zona de San Pedro. Se trató de un enfrentamiento entre la Confederación Argentina y una escuadra anglofrancesa que pretendía controlar la navegación de los ríos. Juan Manuel de Rosas era el encargado de las relaciones exteriores de la Confederación y, al mismo tiempo, ejercía como gobernador y capitán general de la provincia de Buenos Aires. Para frenar esta intromisión extranjera, Rosas organizó la resistencia que tuvo como episodio destacado la batalla de la Vuelta de Obligado. El general Lucio Mansilla estuvo al frente de esta resistencia.
Mujeres como Petrona Simonino fueron partícipes de una resistencia que, tras casi ocho horas de combate, ocasionó un número considerable de muertos y heridos en las filas de la Confederación.
Patriotas sin reconocimiento oficial
En la batalla de la Vuelta de Obligado participaron numerosas mujeres que, como enfermeras, auxiliares de los artilleros o acompañantes de los combatientes, pusieron en riesgo su vida ante las potencias agresoras. Entre las patriotas se destacó un grupo de damas de San Nicolás y San Pedro que abastecieron con proyectiles a los combatientes y que auxiliaron a los heridos. Josefa Ruiz Moreno, Rudecinda Porcel, María Ruiz Moreno, Carolina Suárez, Francisca Nabarro y Faustina Pereira respondían a Petrona Simonino, según el parte de guerra, heroicas mujeres que el relato histórico no supo reconocer con justicia.
Hija de padre francés y madre criolla, Petrona Simounin (llamada Simonino por los nicoleños) nació en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, en 1811. En 1832 se casó con Juan Silva, un hacendado de la zona con quien tuvo ocho hijos. Ambos participaron en la batalla de la Vuelta de Obligado: él, como capitán de la milicia norte y ella, auxiliando a los combatientes.
Al inicio de las acciones, el 20 de noviembre de 1845, la valiente nicoleña auxilió a los infantes, artilleros y milicianos en el campo de batalla. Sus tareas consistieron en ofrecerles, en medio de la polvareda y del fuego enemigo, agua fresca, primeros auxilios y la colocación de vendajes. Junto con otras mujeres que también contribuyeron en la contienda, hacían las veces de enfermeras y trasladaban los heridos fuera del alcance de las balas y el cañoneo anglofrancés que provenía desde el río Paraná.
La tarea de Petrona Simonino adquirió gran relevancia dado que 100 cañones de grueso calibre disparaban sin cesar contra las fuerzas federales. En el parte de guerra, confeccionado por el general Mansilla, se la cita de forma especial con la siguiente mención: «Tuvieron que dejar aquel lugar, bajo un fuego abrasador, para alejar las carretas del Parque, con crecido
número de heridos y familias, en las cuales se distinguió por su valor la esposa del capitán Silva, doña Petrona Simonino».
No fue la única
No fue la única mujer con protagonismo en esta batalla, tal como dejó consignado Francisco Crespo, el ayudante de Lucio Mansilla, en el parte que envió a Rosas: «También han muerto con heroicidad varias virtuosas mujeres, que se mantuvieron en este sangriento combate al lado de sus esposos, hijos o deudos, socorriendo a sus heridos y ayudando a los combatientes en la defensa del honor argentino».
La intervención de Petrona Simonino en el combate de Obligado no debería pensarse entonces como un caso aislado. En “Historia de mujeres en la sociedad argentina”, la historiadora Dora Barrancos enumera a las mujeres que se sumaron con convicciones propias a las luchas políticas y militares en este contexto histórico tan complejo.
Petrona Simonino murió olvidada en 1887: tenía 76 años.
“Uno de los primeros registros que evoca su historia se publicó en la revista El Hogar en noviembre de 1935. La nota, firmada por el teniente coronel Evaristo Ramírez Juárez, tiene la enorme virtud de rescatar del olvido la historia de Petrona, recuperando el parte militar que nombra a las mujeres combatientes, aunque lo hace con algunos estereotipos vinculados al modo en que en esa época se concebía el lugar de la mujer”, valoran desde el grupo nicoleño.