La empresa Atom Protect -desarrolladora junto a investigadores del Conicet, de la Universidad de Buenos Aires y de la de San Martín- de la mascarilla de uso social contra el Covid-19 anunció una de las noticias más esperadas: se trata del primer barbijo del mundo en certificar su eficacia contra la variante Delta.
“Estamos muy felices del producto que logramos. Trabajamos sinérgicamente con entidades de muchísimo prestigio con el objetivo de ayudar a la gente en uno de los momentos más difíciles de nuestra historia. A un año del lanzamiento, seguimos con el desafío de desarrollar y perfeccionar nuestros productos, buscando la excelencia y así seguir apostando a la industria y a la ciencia argentina. Hoy, con mucho orgullo, podemos decir que la mejor mascarilla del mundo es de los argentinos”, precisó Alan Gontmaher, CEO y fundador de Atom Protect.
Cabe resaltar que la producción de barbijos se desarrolló en conjunto con investigadores del Conicet, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), y en Argentina cuentan con la aprobación del INTA y del INTI que demuestran su efectividad para eliminar el 99,9% de Coronavirus.
¿Qué rol jugó el Estado? El desarrollo de los mismos fue posible gracias a que la empresa accedió a un crédito a tasa del 12 por ciento por $29.563.000 para la adquisición de bienes de capital y materias primas. Pero, además, se otorgó un ANR por 10 millones de pesos a la Universidad Nacional de San Martín para la validación del producto antimicrobiano con acción residual (desarrollado en conjunto por la empresa ADOX y el Conicet), elemento distintivo clave del producto. En tanto, desde la cartera dirigida por Kulfas se aprobó otro ANR por $1.534.200 para la Fundación UNSAM Innovación y Tecnología que permitió la fabricación a cargo de cooperativas y PyMEs locales.